Realmente me impactó... nunca había pasado por mi razonamiento,que un ser inteligente, como cualquier terrestre que camina por
nuestro planeta, pudiera estar en una matriz externa, como lo es unhuevo.
Al día de hoy, y todos los días que han pasado, rememoro aquel
encuentro, fuera de éste mundo.
Pienso en ella, sentada en aquel sillón, con su mochila, que llevaba alfrente de su pecho, y aquel gran huevo que estaba en él...
Pienso en su sonrisa, y en la forma comprensiva y amigable que
contestó mi pregunta no formulada.
Pienso si se acordará de mí, en su vida cotidiana, en su mundo, quecreo es de otra frecuencia.
Me pregunto si a su hijo, que en aquel momento estaba en el huevo, lehabrá contado de su experiencia y conversación conmigo.
Dos personas de distintas culturas y biologías, que interactuaron en
aquel salón, dentro de una inmensa nave nodriza.
Hestaba en una nave pequeña de transporte, sentado a la par del piloto,istoria 2. Después de aquel encuentro, con la mujer y su huevo, ya
y de frente una especie de pantalla, o ventana... La vista eraalucinante...
Al lado derecho, en la pantalla-ventana, una kilométrica nave oscura,
una inmensa nave nodriza, triangular, como si fuera la mitad de unapirámide, que se distinguía perfectamente en el negro fondo del
espacio.