belleza del atardecer, ¡además! No hay nada que temer, dentro de unas horas
volverá a salir.
Me levanté y le di un abrazo como el de un hijo a su padre.
Antes de continuar, me dijo, ¡dame algo de tu planeta! Metí la mano en mi bolsillo
y al abrirla, ¡ahí estaba! La semilla que tomé de mi árbol.
Se la entregué, cerró su mano diciendo, ¡todo necesita tiempo para crecer, ahí está
la magia de las cosas! La niña que persigues tiene las respuestas que buscas ¡date
prisa! La vi tomar el camino a un lugar peligroso, está lejos ¡necesitas irte ya!
Por último, recuerda:
‟Ni la noche más oscura, puede apagar la luz más brillante”
¡Gracias por el consejo!
Le dije adiós mientras me alejaba, ¡creo que el tiempo nos enseña muchas cosas,
solamente debemos aprender a escuchar!
El lugar al que voy es frío, oscuro y desolado. Espero tener el valor para
enfrentarme a lo que ahí me espera.
Próxima parada. Neptuno.