¡Si sabías quién soy, porque no dijiste nada la primera vez que coincidimos!
¡Verás! Tenías que emprender este viaje, llegar a los lugares que llegaste, aprender
lo que ahora sabes, tocar los corazones de todas aquellas personas que conociste y
lo más importante, darles esperanza cuando la habían perdido.
Hay algo más que debes saber. Es un secreto.
Wanda se acerca a mis oídos y susurra algo que me deja sin saber qué decir.
La abrazo con fuerza, no quiero dejarla.
Mi tiempo aquí se ha agotado, me comentó, no estés triste, en el futuro nos
volveremos a encontrar.
¡Ahora ya lo sabes!
La apreté aún más, ella hizo lo mismo, se formó en mi pecho un nudo que jamás
había sentido, por un instante el tiempo pareció detenerse, hasta que poco a poco
Wanda se desintegró en miles de pequeñas luces que volaron hacia el cielo y se
transformaron en estrellas.
Con pesar en mis ojos y la esperanza de salvar lo que más amo, me despido de este
maravilloso lugar.
¡Es hora de volver a mi mundo, ahora tengo todo lo que necesito!
Próxima parada, ¡de regreso a casa!