El-Ragnarok (1)

(Chuny Chunlylfx3-0) #1

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EL RAGNARÖK: ¿EL FINAL DE LOS TIEMPOS? APOCALIPSIS O ...


o por las Nornas, denominada “megin”^20 y que es inmanente a los dioses, humanos y


objetos. Esta fuerza sagrada personal expresa no sólo la aptitud ante el “destino” que


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Potencias, sino también la voluntad de realizarlo, con lo que este “don” o megin posi-


bilita la integración en “lo Sagrado” y, por lo mismo, el establecimiento indisoluble de


un “pacto” con las Potencias de todos los elementos del universo, incluso, entre las Po-


tencias entre sí. De esta manera, aptitud y voluntad serán conceptualizadas a nivel ético


como el “honor”^21 , en la medida en que es un valor sacralizado, otorgado para mantener


un comportamiento o conducta correcta para la consecución irrevocable del “Destino”.


Por todo ello, atentar contra la dignidad de alguien, cometer perjurio o faltar a la pa-


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que supone injuriar a las Potencias, a “lo Sagrado”; acciones todas ellas que “deshon-


ran” y “desacralizan” al que las comete, pero también a su familia, e inclusive, a toda la


colectividad^22. Esta situación sólo puede repararse por el “derecho de venganza”^23 , pero


en la dialéctica destino-honor-venganza el acto de perjurio perpetrado por los dioses es


un delito voluntario que no permite la expiación, pues los garantes del orden jurídico


han roto el compromiso de mantener el orden del mundo; la condena es inapelable


para ellos y todo el universo por ellos organizado; la conciliación con el orden moral


solo puede ser restablecida por una catarsis total; condición insalvable que anuncia una


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Aquí se sitúa el inicio, como comentamos más arriba, del “tiempo histórico mito-


lógico” o como R. Boyer denomina “temporalidad”^24 , caracterizada por presentar una


historia mítica, irremediablemente fatídica, encaminada a la preparación de todos los


elementos del universo al Ragnarök. De hecho, la mayor parte de los textos de las Eddas


relatan, en este sentido, un discurso establecido bajo dos parámetros esenciales: por un


lado, los mitos vinculados a los dioses del orden y del caos protagonistas del apocalipsis,


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la muerte y la destrucción sean inevitables; mientras que por otro, el impulso irresistible


de averiguar y adivinar el “futuro”, aunque incluso los dioses lo conozcan con antela-


20 Como acabamos de señalar en la nota precedente, esta idea trascendental queda vinculada implícitamente
con el “destino”, entendida según STRÖM, F.: Nordisk..., 69; como una “fuerza inherente a seres u objetos,
que les da un poder preciso y la posibilidad de realizar su destino”; cfr. BOYER, R.: Yggdrasill..., 196.
21 Sobre el derecho a este “honor” que posibilita la pertenecía a “lo Sagrado” y, por lo tanto, entendido
como principio moral e ideológico que guía el comportamiento personal, véase, ibídem : 218.
22Una valoración del concepto de megin y sus implicaciones en la ética y la metafísica del universo
mental y religioso de los escandinavos, se encuentra magistralmente comentada en ibídem : 113, 196-197 y
218-220, quien además hace especial hincapié sobre la vinculación existente entre megin y la noción de
helgi (sacralidad), inmersa en las reglas contractuales germano-escandinavas entre los hombres y sus jefes o
soberanos; de forma que los “pactos” humanos y divinos quedan integrados en la esfera de “lo Sagrado”.
23 Para el “derecho”, jamás “deber”, de la venganza como instrumento reparador de una ofensa, véanse
los distintos mecanismos de actuación y condenas en ibídem : 218-220.
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des errements humains, et nimporte la longueur de la durée, nimporte que lon soit averti ou ignorant, il lui
faut une consommation Le monde humain, temporel est condamné Le destin, maintenant invisceré,
reste irreversible.” BOYER, R.: Yggdrasill..., 201.

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