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(revistasoberaniaalimentariayRiHoK) #1

Hay otra falacia importante: que el regadío es
el freno frente al avance del desierto. Es al revés,
el avance del regadío nos está desertificando. En
España el principal problema de desertificación
es el agotamiento de manantiales, la desecación
de humedales y la sobreexplotación de acuíferos
y todo esto está relacionado con el aumento de
regadíos.


Pensando entonces en la transición
hídrica, en realidad habría que
repensar los modelos de gestión de
agua, los modelos de agricultura e
incluso los modelos de sociedad, ¿no?
Exacto, en relación con el uso del agua y el
cambio climático, tenemos que hablar de modelos
de ciudad, modelos de turismo, modelos de movi-
lidad y evidentemente de modelos de agricultura.
No puede haber una transición hídrica —y mucho
menos transición hídrica justa— si no cambia-
mos los modelos de agricultura. Pueden coexistir
diferentes modelos, pero todos ellos tienen que
ser sostenibles. Ahora mismo tenemos algunos
modelos sostenibles con muchas dificultades para
mantenerse en el mercado y otros muchos no
sostenibles que suponen un reparto de costes y
beneficios muy injusto.


¿Y qué modelos de agricultura
encajarían en una transición
hídrica justa?
En primer lugar, llevamos décadas de aban-
dono absoluto del secano extensivo mediterrá-
neo. No se ha dedicado prácticamente nada a


investigación y desarrollo del valor añadido de
cultivos promisorios para el cambio climático, que
necesitan muy poca agua y darían valor añadido
a ese secano. Si no se puede competir en cantidad,
sí podría hacerse en calidad. Por ejemplo, hay todo
un reservorio de recursos fitoquímicos con un
alto valor económico en la industria cosmética y
farmacéutica. Estamos perdiendo sistemas exten-
sivos de cereales y olivares sin riego que son hábi-
tats naturales de especies en peligro de extinción.
Todo el potencial de investigación se ha destinado
al regadío y a alimentos de exportación, priori-
zando aspectos de mercado (uniformidad, color...)
por encima de la calidad. Es una cuestión de
justicia invertir en investigación del secano para
mantener estos sistemas que han demostrado su
valor durante siglos y en algunos casos milenios,
que se dice pronto.
En segundo lugar, dentro del regadío hay que
diferenciar y hay que apoyar los regadíos históri-
cos y tradicionales por ser un patrimonio cultural
y ambiental, y porque están mejor distribuidos
socialmente. De los regadíos intensivos hay que
reducir su superficie, primero eliminando los

Lo que falta no son


embalses, sino agua


para llenarlos.


Foto: Sergio S. Taboada

Amasando la realidad


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