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(revistasoberaniaalimentariayRiHoK) #1

De un vistazo y muchas aristas


Revista SABC


nueva gestión del ag ua

La importancia del diálogo para una


LA MESA SOCIAL DEL AGUA DE ANDALUCíA


Desde 2017 existe en Andalucía una interesante experiencia de
cooperación intersectorial para las políticas del agua: la Mesa
Social del Agua (MSA). En ella se reúnen organizaciones sindicales,
agrarias, ecologistas, empresariales, ciudadanas y científicas de
Andalucía, que han decidido, con sus miradas particulares, hacer un
seguimiento compartido de la política del agua en Andalucía y realizar
valoraciones, posicionamientos públicos y propuestas conjuntas.

P


ara conocer mejor la MSA^1 hablamos con dos
de las organizaciones que participan en ella
y que, por su naturaleza, son visibilizadas a
menudo en los medios de comunicación y percibi-
das en la sociedad como antagonistas y enfrenta-
das, pero que muestran la voluntad de encontrar
y dar estabilidad a este espacio de interacción.
Así lo expresa Noelia Márquez, técnica de COAG
Andalucía desde hace siete años y que, con sus
estudios de Ciencias Ambientales e Ingeniería
Agrónoma, es quien representa a esta organiza-
ción agraria en la MSA. «Quienes formamos parte
de la mesa hemos tenido superclaro desde el prin-
cipio que había que concentrarse en los puntos
que nos unen más que en las diferencias», explica.

Diagnosticar el problema
Por su parte, Antonio Amarillo, biólogo y
activista de Ecologista en Acción (EeA), destaca
el haber sido capaces de consensuar posiciones


  1. En la MSA participan CC. OO., COAG, UPA, AEOPAS (Asociación de
    Operadores Públicos de Agua), FACUA, WWF, Greenpeace, SEO/BirdLife,
    Ecologistas en Acción, Fundación SAVIA y la Red Andaluza de la Nueva
    Cultura del Agua.


comunes que eran un punto de partida obliga-
torio, como el carácter público del agua. «Todas
en la mesa tenemos claro que el agua es escasa
y que hay que tener en cuenta sus límites y eso
significa que hay que ajustar las demandas a
los recursos disponibles y determinar qué tipo
de agricultura hay que defender: la tradicional
y familiar, que es la que genera más empleo
y fija la población al territorio, y no ese otro
tipo de agricultura más industrializada, que
en muchos casos son fondos especuladores».
Noelia corrobora que este modelo productivo es
el «enemigo común» para la población a la que
representan las organizaciones de la MSA. «Hay
organizaciones que están abiertamente enfrente
de nosotros, no solo porque no formen parte de
la MSA, sino porque su discurso es opuesto al
que estamos pronunciando: contra los caudales
ecológicos, cuestionan el cambio climático, piden
ampliaciones de superficie de regadío, etc.».
Pero, además de a la agroindustria, Antonio
añade que enfrente también tienen a la pro-
pia administración hidráulica andaluza, la
Confederación Hidrográfica del Guadalquivir
(CHG), «que está incentivando un modelo

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