AP: El año pasado empecé a pasar mucho más tiempo acá en Buenos Aires y a producir esa muestra. Lo que yo
quería era que en la muestra se pudiese dar una convivencia entre mi obra más gráfica, donde se rescata más la
línea, como un arabesco, como un firulete que va dibujando sobre fondos monocromáticos muy contrastados, y
mi obra más conocida que son las citas a obras, a cuadros del siglo XIX, a clásicos, digamos, y también un poco de
ese tipo de dibujo lineal que utilizo para diseñar patterns o dibujos ornamentales. Entonces quería, por un lado,
que convivieran los empapelados que yo diseño con las obras donde aparece más la línea y lo que empecé a
pensar fue una frase de un pintor pop británico de los años 60 que se llama Richard Hamilton, donde él decía una
cosa más o menos así, que a alguien en la calle no importa cómo esté vestido, te puede engañar, que uno nunca
termina de saber muy bien quién es el otro hasta que vos entras a la casa de ese otro. Los interiores siempre nos
develan quién es su habitante. A mí me llevó a una época cuando yo empecé a relacionarme sexo-afectivamente
con varones que había gente de otra generación previa a la mía que tenían como costumbre tratar de ocultar su
homosexualidad y había una frase, cuando vos los encarabas o cuando estaban por concretar algo, cuando te
estaban por llevar a su casa, te decían ‘ojo, que nadie sabe de lo mío’, como que fueras discreto. El llamado a una
discreción que para mí no tenía sentido ya en esa época, pero para mucha gente más grande que yo, sí. Entonces
la idea era plantear un interior que tuviese que ver con lo que es el imaginario de un gay de los años sesenta,
setenta. Habían unas pinturas de una serie que se llama Yoga Olímpico, donde hay unas vasijas que son medio
membranosas que se estiran según la postura del personaje que aparece y estos yoguis ocupan el lugar que los
atletas o los soldados o los combatientes ocuparían en una vasija griega. Eso es más o menos lo que fue esa
muestra.YG: Sí, fue un reencuentro con el adolescente Alberto, con las crisis de los años que vinieron, con la
existencia de nuestros otros yoes que nunca se van. Creo que también por ahí va el título de la muestra, el
otro siglo en el que viviste y sobreviviste, dramáticos siempre (risas).Justo en tu respuesta anterior nombras la muestra que me interesa retomar. Conversemos sobre "Nadie sabe
de lo mío" exposición montada en Galería Constitución en Buenos Aires. Las pinturas tienen una cierta
erótica griega, como vasijas que cuentan historias íntimas, lo privado. Según leí en la red, el curador Raúl
Flores lo denomina como "pop pandémico", ¿a qué hace referencia? ¿Qué representa para vos esta
exposición?BLOG - LOS VIENTOS DE LA CONTEMPORANEIDAD
Alberto Passolini
Nadie sabe de lo mío
Galería Constitución
2023