Entrevista a Alberto Passolini

(Yesica Gallegos1UNEhz) #1

YG: Esto que me decís sobre querer ser adulto y no gustarte el mundo infantil siendo un niño, me recuerda mucho a
mi madre (risas). Ella me cuenta que siempre quiso ser adulta, nunca le gusto ser niña. Me gusta que ese
adolescente Alberto haya encontrado otra manera de comunicarse a través del arte.


Sigamos indagando en el imaginario del pasado, ¿cuál es la obra que te inserto de lleno en el mundo del arte, o tal
vez, más precisamente en el mercado del arte? ¿Cómo era y qué consideras la volvió especial?


AP: Mi primera muestra individual la hice hace treinta años, no, un poquito más, treinta y dos años. Por supuesto, no se
vendió nada. En esa época, al igual que casi toda la gente de mi generación, hacíamos muestras porque queríamos hacer
muestras, no había un mercado tan organizado como ahora. Habían pocas galerías y, bueno, uno hacía las cosas para
divertirse, por supuesto que todos teníamos la ilusión de algún día poder vivir de nuestra obra, pero sabíamos que en el
contexto en el que estábamos, hace treinta y tantos años atrás, siendo jóvenes, era muy difícil, salvo tres o cuatro artistas
jóvenes que podían hacer eso.


La situación, en lo particular para mí, cambió después de la crisis del 2001. O sea, en esa época todo el mundo nos decía que si
eras artista te ibas a cagar de hambre, y después del 2001 no importaba lo que hicieras, lo más probable era que todos
terminaran cagándose de hambre, porque no había salida laboral por una crisis espantosa, la gente se quedaba sin trabajo, sin
casa, sin comida, fue muy, muy horrible. Paradójicamente, en esa época yo hacía unos dibujos en tinta china, que era lo único
que podía permitirme comprar, y papel, y apareció un señor que trabajaba para hoteles de afuera, sobre todo de
Latinoamérica, como del Caribe, los resorts y todo eso, y no me acuerdo cómo fue que apareció, pero me compraba una
carpeta de dibujos una vez cada dos meses, le vendía una carpeta con muchos dibujos. Al señor le gustaban los míos que eran
en blanco y negro y muy contrastados porque no necesitaban iluminación especial y tenían cierto atisbo de simpatía en la
imagen, y los colocaba en hoteles, como decoración de hoteles. O sea, que eso diría que fue mi manera de ingresar al mercado.
Tres años después, venía haciendo muestras todo el tiempo en lugares institucionales, pero no comerciales, en el 2004 con
una escultura, participé en lo que fue el primer premio Petrobras que se hizo en ArteBA, elegían ocho proyectos, se los
financiaban y después te daban un premio. Ahí gané uno de los premios y además me compraron la obra, también justo
enganché una seguidilla de ganar premios y empecé a tener un ingreso de dinero que me daba más plata que las changas que
tenía por fuera.


BLOG - LOS VIENTOS DE LA CONTEMPORANEIDAD

Alberto Passolini
Malón académico
Acrílico sobre tela
180 x 260 cm.
2010

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