AP: Esa obra que mencionas, la del 2018, fue hecha para una muestra en el Museo Histórico de Rosario que se relacionaba con la
Guerra del Paraguay. Se llamaba ¿Qué queda del daño? Imágenes sobre la Guerra del Paraguay y fue una muestra muy fuerte en la
que participé con esa obra, en la cual, entre otras cosas, y entre otros artistas que también exhibieron, el Museo MARC hizo una
acción, que a mí me pareció muy potente, que fue invitar al Cónsul de Paraguay y devolverle unos objetos que se exhibían en el
museo, como un birrete de soldado, ahora no puedo precisar, que habían sido tomados como botín de guerra y se les devolvía a la
Nación Paraguaya a través del Cónsul. O sea, que fue una obra hecha en el 2018 sin ninguna pretensión de venta, fue hecho para
participar en una muestra con un tinte muy político y cuando decimos tinte político, es algo que no tiene tanto que ver con la
coyuntura actual. Eso fue en el 2018 y se vendió cuatro años después porque la gente que representa mi obra la llevó a la feria, y
bueno, no sé por qué, cuando se vende una obra mía no sé muy bien por qué, sino lo haría todo el tiempo, todos los cuadros que
pinto se venderían y no sucede.Cuando empecé a pintar en gran formato, que fue alrededor del 2008, ocurrió otra nueva crisis económica que tuvo que ver con la
Ley 125, hizo que el mercado del arte se estancara como todo, como todo el país, y yo tenía ganas de hacer algo. Había hecho una
muestra para la cual me había endeudado, porque generalmente uno trabaja y después, como te conté recién, años después se
vendió la obra; bueno, hice una muestra en el 2008, no se vendió nada, estaba endeudadísimo con amigos que me habían prestado
dinero para producir, y bueno, agarraba cualquier trabajo para poder pagar a término. Se me ocurrió pintar una obra de gran
formato, sin pensar en el mercado, precisamente por el hecho de que tenía ganas de pintar un cuadro grande. Lo hice y también se
expuso en una feria de arte y se vendió. Yo lo mandé a la feria pensando que se iba a ver y que me iban a decir, ‘que lindo pintas’,
pero se vendió y me permitió terminar de pagar deudas. O sea que no, generalmente cuando pinto es lo que me dan ganas de hacer,
a no ser que sea un encargo, que tampoco tomo tantos porque nunca me da el placer que me da pintar lo que me dan ganas de
pintar. Digo, si me hubiera decidido a hacer plata, me hubiera dedicado a una carrera que me de plata. O sea, vivo muy bien y no me
puedo quejar, pero cuando hago la relación de toda la plata que gasté y de todos los trabajos que hice para poder vivir de lo que
hago ahora, en la cuenta me dan números rojos.YG: Claro, la crisis del 2001 fue caótica para todos, incluso ahora ser artista o dedicarte al arte para vivir de ello no
es la profesión que más le gusta a papá y mamá, sigue siendo muy difícil, pero no imposible.En la entrevista que compartimos en el 2017 me contabas que te ganas el pan de cada día con tu trabajo como
artista. Justamente leía en la red que en ArteBA del año pasado la primera venta fue tu obra mural "Imaginaria
Paraguaya". Me gustaría que me cuentes un poco sobre esa obra y también preguntarte ¿producís determinadas
obras con la idea de venderlas o el acto creativo se separa del hecho económico?Alberto Passolini
Imaginaria Paraguaya
Acrílico sobre tela
194x304 cm.
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