EUMARIA

(AV) #1

Caluti guardó silencio unos minutos con el ceño fruncido, hasta que
finalmente dijo: por muchos siglos los Raxanes se encargaron de mantener
controlado al pueblo, privándolo de armas efectivas y monopolizando todo
a su paso; empresas tecnológicas, empresas de telefonía y de comunicación.


››Las universidades y otras instituciones educativas les pertenecen a
ellos. Acumularon riqueza y poder mientras que su pueblo al noroeste está
muriendo de hambre. ¿No les parece curioso que ni un solo descendiente
Raxán viva en Pligia, en Blomuria, o en Carmesí? ¿Por qué solamente ellos
son los pilares gobernantes? ¿Por qué no asignan a ciudadanos comunes?


››¿No les parece extraño que ninguna universidad importante se
haya construido en esas regiones? ¿Alguna vez oyeron que Tartanas
inauguró un hospital con buena asistencia médica? ¡No! ¿¡Verdad!?


Todos miraban a Caluti, quien los convencía cada vez más, hasta el
punto que empezaban a motivarse con su discurso. Este prosiguió.


—¿No les duele saber que hay una alta tasa de criminalidad en las
regiones del noroeste, pero irónicamente tengan la cárcel más segura de la
nación en la isla Paronia? ¡Una isla donde ni siquiera hay delincuentes! —
Caluti estaba más alterado y furioso—. ¡Porque a los Raxanes no les
importa el pueblo! ¡Ellos rompen las piernas de los pobres, y como
consuelo les regalan las muletas! ¡Solo piensan en ellos mismos! Aquellos
miserables, crean la necesidad y luego se conforman con dar migajas de su
inmenso manjar.


››Ellos se encargan de mantener al pueblo sumido en la ignorancia,
para que este no piense por sí solo ni se rebele en contra suya. ¡Es claro que
siempre habrá Raxanes en el poder porque no capacitan a la gente para
gobernar!


››Incluso cuando se da el caso de que haya personas con el potencial
intelectual, estas simplemente reciben cargos muy bajos y carentes de
autoridad. ¡Pues siempre mantienen a la gente capaz bajo el dominio de
algún jefe Raxán!


La furia de Caluti comenzó a trasmitirse al resto de los presentes. Él
siguió exclamando.


—¡Ellos mantienen una tasa alta de mortalidad en esas regiones, a
pesar de que tienen el dinero y la capacidad para otorgar óptimos servicios

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