EUMARIA

(AV) #1

al inclinar su vista, este reparó en una de las fotos pegadas al refrigerador.
Su mirada se quedó atrapada en la imagen, en ella contempló a una mujer
sonriendo junto a una niña de aproximadamente seis años, cuyos rostros,
brillantes cual estrellas, desbordaban felicidad. El hombre las observó
detenidamente hasta que sus ojos se empezaron a humedecer. Entonces los
cerró frunciendo el ceño, y dijo: Amelia, te amo, y a ti, mi pequeña Sara. Lo
siento tanto... Perdón.


Cuando estuvo a punto de saltar para acabar con su desdicha, el
celular en la mesa comenzó a vibrar emitiendo luces intermitentes. Era una
llamada de Belton, su amigo de infancia que trabajaba en el departamento
de policía. Al instante el sujeto intentó quitarse la soga, pero al hacer eso,
este perdió el equilibrio y se resbaló cayendo al suelo. Se levantó
rápidamente aguantando el dolor del golpe y atendió a la llamada.
—Hola Belton, ¿qué necesitas? Estaba... ocupado.
—Hola Robert. ¿Cómo estás?
—Estoy... bien —Mintió, todavía adolorido.
—¿Seguro? —preguntó su amigo sin estar muy convencido.
—Sí, sí, ¿qué es lo que quieres? Estaba haciendo algo importante —
expresó el detective Robert Cleman recuperando la compostura, pero sin
ganas de charlar.


—Como sea, tengo un caso para ti. —Belton leía un informe en la
computadora de su oficina—. Se trata de un joven que aparentemente hirió
en gravedad a cuatro estudiantes en una gresca. Su nombre es Morgan
Caluti. Los chicos murieron en el hospi...


—Ya estoy retirado, Belton —Lo interrumpió Cleman secamente.
—¡¿Entonces por qué carajos conservas tu placa, Robert!? —Su
amigo comenzó a alterarse—. ¿¡Hasta cuándo te culparás por lo que le
ocurrió a Amelia y a Sara!?


Cleman se resignó a escuchar a Belton, quien continuaba
reprochándole.


—¡Ya pasaron ocho meses! ¡Debes continuar con tu vida!... Eso fue
algo que ni tú, ni yo, ni nadie podía evitar que sucediera... Ya deja de
martirizarte. Tú no tienes la culpa de nada. ¿Crees que a ellas les hubiera

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