Él no podía comprender que alguien quisiera ser su amigo. Tenía
miedo de fallar y de que otros le fallasen, pero también decidió no cometer
los mismos errores del pasado. Por esa razón juró que haría su mayor
esfuerzo si algún día alguien necesitara su ayuda.
El chico solo quería que confiaran en él, así que se prometió a sí
mismo no abandonar a Morgan, a pesar de tenerle mucho miedo. Sam se
aterró por dentro desde que fue testigo del increíble poder que habitaba en
ese joven de cabello gris. Sin embargo, la conversación que tuvo con
FARAC lo motivó a mantenerse firme en sus decisiones y lo ayudó a
aparentar fortaleza.
Samuel sabía que Morgan estaba igual de confundido y asustado
que él; entendía que sus personalidades eran similares. Sabía que sería
contraproducente que ambos estuvieran alterados. A pesar de todo, Sam
quería estar a su lado, pues estaba convencido de que Morgan cargaba una
gran responsabilidad sobre sus hombros, una que podría cambiar el curso de
la historia.