responsable de tomar las fotos de las obras de Morgan y de enviarlas por
correo a la universidad. A pesar de que la casa era bastante pequeña, la
alegría y el afecto entre sus habitantes era abrumador.
Esa noche, cenaron hasta saciarse y todos sonreían, creando un
ambiente de pura felicidad. Al día siguiente, se prepararon para partir a la
estación de Lamkar, desde donde tomarían un tren bala hacia Gani, un viaje
de tres horas. Al llegar a su destino, Morgan se despediría de su familia en
el muelle de la ciudad antes de partir hacia Paronia, donde viviría los
siguientes cuatro años.
Cuando salieron de su casa, las nubes grises en el cielo y las gotas
de lluvia mezcladas con la neblina dificultaban la visión. El tío cargó los
equipajes en la valijera y todos subieron al auto, salvo Cloe, quien debía
quedarse en casa para terminar algunas tareas pendientes. El tío y su esposa
se sentaron al frente, mientras que Morgan, su madre y su pequeña prima se
ubicaron en los asientos traseros.
La pista estaba mojada y de repente el tío vio un par de luces
dirigiéndose hacia ellos. Sin embargo, no tuvo tiempo de esquivar el
vehículo y ambos terminaron impactando. Fue un accidente trágico, en el
que todos perdieron la vida excepto Morgan, quien recibió un fuerte golpe
en la cabeza que lo dejó en coma durante tres largos meses.
LA ADOPCIÓN
El joven se despertó en la habitación del hospital, completamente
desorientado. A su lado estaba un hombre de aspecto elegante. Era de
estatura media, ni muy delgado ni muy robusto, medía 1,80 m de altura y
llevaba puesto un traje azul oscuro con un viejo anillo en su dedo. El
hombre tenía barba y bigote, y su cabello era de color negro. El extraño
personaje hablaba en voz baja con un médico, discutiendo algo que él no
podía comprender.