EUMARIA

(AV) #1

Contrariamente a lo que la mayoría de la gente del mundo antiguo
pensaba, las consecuencias causadas por las explosiones atómicas no fueron
las previstas. Estas en realidad hicieron que la tierra se comportase de una
forma completamente distinta. Las bombas no produjeron la extinción de la
vida como ellos decían que pasaría, pues se sabía muy poco sobre la
increíble capacidad que tenía el planeta para subsistir. Pensaban que el
mundo tardaría millones de años en recuperarse, y aunque era verdad que su
restauración tardó mucho tiempo, no fueron millones sino siglos. La
radiación no mató a todos los seres vivos, de hecho, bastantes se adaptaron
a ella, sin embargo, fue inevitable que una inmensa mayoría pereciera.


Las leyes de la física que regían el mundo antiguo fueron alteradas,
lo que dio paso al surgimiento de otras leyes. Los antiguos creían que el
cuerpo humano no sería capaz de soportar ese nivel de radiación, pero
contra todo pronóstico no solo lo soportó, sino que aprendió a vivir con ella.
Esa adaptación trajo consigo algunas cosas positivas y otras muy negativas.
En cuanto a lo positivo, se podría mencionar que las personas desarrollaron
una resistencia innata a los rayos ultravioletas del sol, los cuales eran
mucho más potentes debido al deterioro de la capa de ozono. Los aspectos
negativos, en cambio, fueron las mutaciones y malformaciones de muchos
seres vivos.


Entre los efectos más curiosos que produjo la radiación, destacaron
los cambios en la pigmentación de la piel, cambios que además afectaron a
los ojos y a los cabellos de los habitantes. Eso no necesariamente era algo
malo o bueno, pero en un determinado punto de la historia del nuevo
mundo, el nivel de melanina de esos humanos renacidos trajo consigo
mucha desgracia y desolación.


Unas quinientas mil personas salieron del búnker, de las cuales
solamente el 5 % sobrevivió al nuevo orbe que les recibía. Los que
sobrevivieron lo hicieron porque lograron respirar el aire del lugar, que era
mucho más denso. Después de sellar el búnker y erigir la estatua de Xander
Raxán, nombraron a esa región Astoriu. En los primeros cien años se
expandieron por ese nuevo territorio y fundaron ciudades al noroeste,
sudeste, y suroeste de la nación. La superficie terrestre era mucho más
pequeña en comparación a la inmensidad del océano. Aun así, los veinte
millones de extensión que poseía el continente era lo suficientemente

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