conllevarían a una guerra civil, o incluso motivaría a una posible rebelión
de los pigmentados, entonces decidieron dividir a sus habitantes por
ciudades; dejaron a los normales en las regiones del sudeste y suroeste
respectivamente, y enviaron a los pigmentados hacia el noroeste.
Para algunos pilares, la decisión que tomaron desde la capital fue
incorrecta y apresurada, pues según esos críticos, lo que se debió hacer era
promover el respeto y la tolerancia. Ellos aseguraban que esos valores se
lograrían únicamente a través de la enseñanza en los hogares y en las
escuelas. Esos pilares además dijeron que los de Gani simplemente
quisieron esconder el problema bajo una gran alfombra. Advertían que esa
decisión solamente postergaba el inminente problema, pero no lo eliminaba
de raíz. Ellos creían que tal vez no habría unidad en la diversidad, aunque sí
lo habría en el respeto hacia los demás.
Los de Gani hicieron caso omiso a esas críticas, y ordenaron
censurar a cualquiera que cuestionase sus decisiones. Poco a poco el poder
cegó a algunos Raxanes. Por otra parte, ciertos miembros del linaje
perdieron su influencia en el gobierno. Esos pilares fueron destituidos
debido a que sus críticas habían sido tachadas de estar en contra del
progreso de Eumaria. Paradójicamente, las ideas de ese marginado grupo de
Raxanes eran más consistentes con los consejos de Xander Raxán, quien
tenía miedo de que se formara una oligarquía. Él quería evitar ese tipo de
censura política e injusticia social.
Transcurrieron los años, y como si de un castigo divino se tratase,
los pigmentados comenzaron a progresar; teniendo mejores cosechas y
otorgando impuestos más jugosos a la capital. Aquello hizo que el celo y la
envidia de los normales incrementara aún más. Así que un día, movidos por
el odio y el rencor, decidieron asaltar sus territorios; robaron sus cosechas y
destruyeron todo a su paso. Los habitantes del noroeste reclamaron ese
crimen al emperador, pero él y sus allegados decidieron ignorarlos debido a
que los de Gani se sentían más identificados con los normales. Por el bien
de Eumaria, los pigmentados dejaron pasar esa afrenta, pues su amor por la
nación era mucho más grande. Ellos dijeron que olvidarían lo que sus
hermanos del suroeste y sudeste cometieron en su contra.
Pasaron los años. La población creció y avanzaron en tecnología,
aunque todavía era muy modesta para la época. También incrementó la