nueva personalidad.
—¿Eso es posible? —preguntó el magnate, atónito.
—Estaba dentro de las probabilidades. Puedo teorizar que su
cerebro lo hizo para administrar mejor ciertas funciones.
Morgan estaba igual de sorprendido que Caluti. El chico poco a
poco empezó a hilar ideas en su cabeza, y todo comenzaba a tener sentido
para él.
Magnus prosiguió.
—Lo curioso es que las capacidades físicas, tanto las de combate
como los de conocimientos bélicos... solamente se activan cuando el cuerpo
recibe un impacto físico o psicológico, pero dichas funciones no son
controladas por el N. 5... sino por la personalidad emergente.
—In... creíble. Todo este tiempo pensé que habíamos estado
tratando con Morgan —dijo Caluti tragando saliva.
Él miraba al chico con los ojos bien abiertos y con una sonrisa que
transmitía cierta inquietud. Entonces concluyó.
—Pero esto es aún mejor para llevar a cabo mis planes. Será mucho
más útil tratar con una personalidad que no tenga remordimientos, pues a
este nuevo ente no le importará saber si tuvo una familia, o si los perdió a
todos en ese accidente. ¡Es perfecto!
¿Accidente?
Automáticamente el líquido se volvió turbulento y comenzó a
succionar su cuerpo, mientras que todo a su alrededor se desmoronaba. Él
veía cómo Magnus y Caluti se desintegraban junto con el laboratorio. De
repente Morgan escuchó unas palabras.
—¡Así es, hijo! ¡Muy bien!... Ahora puedes golpear más en el
centro, pero debes sujetar el mango más hacia arriba.
El paisaje había cambiado. En ese momento el cielo tenía un color
rojizo, y el sol descendía poco a poco en el horizonte.