Esmeralda frunció el ceño y miró confundida al Raxán.
—Por cierto, Boldort, cambiando un poco de tema. He estado
teniendo una duda en mente. Bueno, en realidad son varias. La cuestión es,
si tanto la personalidad de Morgan como la de FARAC se entrelazan de
manera continua...
››¿Qué porcentaje gobierna cada una de ellas en la mente de ese
chico?, y no es solo eso... La definición misma de persona me da vueltas en
la cabeza.
››Si FARAC mató a esos cuatro estudiantes, y Morgan no recuerda
nada, ¿podrían los familiares de las víctimas guardar rencor contra él?..., ¿o
lo perdonarán sabiendo que no se le puede culpar de algo que no recuerda?
››Además, ¿qué ocurre con los sentimientos después de recuperar la
memoria?, ¿estos permanecen, o se desvanecen al mezclarse con las nuevas
experiencias que vivió?
››Tampoco puedo evitar pensar en la parte superficial; me refiero a
lo que percibimos de manera visible y tangible. Si algún día, en un futuro
lejano, se lograra transferir la mente de alguien a otro cuerpo... ¿Qué
ocurriría?
››Utilizaré a Morgan de nuevo como ejemplo, ¿los familiares de
esos chicos le guardarían rencor aunque él tuviera otra apariencia?, ¿lo
odiarían sabiendo que dentro de ese cuerpo habita el que mató a sus seres
queridos?
››Eso hace preguntarme; ¿Qué es lo que valoramos más?... ¿Lo
interior o lo exterior?, ¿las acciones o las apariencias? Si se valorara lo
exterior, ¿entonces por qué guardarían rencor contra alguien que no tiene la
apariencia física del asesino?
››Pero si se apreciara solo las acciones... ¿por qué querrían juzgar a
alguien que ni siquiera recuerda lo que hizo? Eso sería como condenar a un
inocente.
››Y no me refiero a una simple amnesia por ebriedad... No, yo estoy
hablando de una identidad completamente renacida; una nueva
personalidad. Me refiero a que dos alters distintos habitan en un mismo
cuerpo.