—¡Niña!... ¡Jamás me imaginé que una mente tan fría y calculadora
como la tuya podría experimentar lo que es enamorarse!
—¿Qué dices, maldito viejo? —Ella sacó su pistola y le apuntó a la
cabeza, pero sin dejar de mirar al suelo—. ¡Yo... Yo no estoy enamorada!
El Raxán colocó las manos en los bolsillos de su saco; no parecía
asustado. Simplemente volvió a sonreír mientras los recuerdos de su
juventud y de los años junto a Suria invadían su mente.
—¡Qué bello es ser joven! Niña, no tienes nada de qué
avergonzarte, después de todo tienes dieciséis años y eso es normal a tu
edad. Aunque seas tan inteligente, cosas como el amor o el romance,
normalmente superan a la lógica y al sentido común.
››El amor nos motiva a decir o a hacer cosas estúpidas, pero por
muy tontas que estas fueran, lo cierto es que los sentimientos son
importantes para nuestro crecimiento personal.
››Las experiencias amorosas nos ayudan a desarrollar aspectos que
no podríamos entender si estuviéramos solos; la confianza, la ingenuidad, la
decepción, la fidelidad, la traición, el compromiso... son cosas que la
mayoría experimentamos para poder crecer.
—Pareciera que hablas por experiencia propia —dijo ella mientras
se sonrojaba cada vez más al pensar en Sam.
De repente, un recuerdo doloroso inundó la memoria de Boldort. Él
se volvía a acordar de Suria, pero en sus memorias ya estaba muerta. Ella
yacía tendida con las marcas de los brutales golpes proporcionados por la
policía. Entonces su expresión se ensombreció y confesó con un tono de
voz serio.
—Enamorarse es lindo, pero considerando los tiempos que se
avecinan, no creo que sea buena idea. Niña... yo no te puedo garantizar que
ese chico sobrevivirá en la misión, y no pienso cometer el mismo error de
prometer algo que no podré cumplir.
Esmeralda abrió más los ojos al meditar en eso. Miró a Sam desde
las cámaras y dejó caer el arma al suelo. Se la notaba preocupada. Boldort
observó su reacción.