Mientras se vestían, Samuel quedó impresionado por lo tonificado
que estaba el cuerpo de su amigo.
—Morgan, no me había dado cuenta, pero tu cuerpo ha cambiado.
—¿Eh? ¿En serio? Ahora que lo mencionas... creo que tienes razón.
—Él miraba sus brazos y sus abdominales marcados—. Da igual. Lo
importante es que me siento muy bien. Ahora debemos darnos prisa porque
nos están esperando en la sala de operaciones.
Terminaron de vestirse y se dirigieron inmediatamente a la sala de
control. Vieron a Esmeralda, quien estaba con el ceño fruncido y los brazos
cruzados; parecía querer matar a Boldort con la mirada. Él por su parte
tenía una expresión sonriente, como si estuviera pidiéndole perdón. Cuando
entraron, tanto ella como el Raxán se sorprendieron.
—¡Oh! ¡Les quedaron mejor de lo que pensaba! ¡Sully es
magnífica! —comentó Boldort con asombro.
Los trajes se ajustaban perfectamente a los cuerpos de los chicos,
hasta el punto en el que se notaban los abdominales marcados de Morgan.
—Gra... Gracias, señor Raxán —dijo Sam tímidamente.
—Chicos, por favor, presten atención. —Boldort presionó un botón
de su reloj y las pantallas de la pared se volvieron negras. Unos segundos
después se proyectaron imágenes de los trajes con sus respectivas
características—. Esos uniformes están hechos a prueba de los rayos
plasma, pero no son resistentes a golpes extremadamente fuertes.
››Así que no intenten exponerse demasiado. Están hechos de telas de
arañas astoriutas. Los mandé diseñar basándome en sus pigmentos.
—¿Cómo carajos conseguiste esas telarañas? —preguntó
Esmeralda.
—¡Señor Boldort! ¡Está prohibido interactuar con los animales de
Astoriu! —exclamó Samuel con miedo.
—¡Ah! ¡En cuanto a los trajes!... —Él ignoró sus comentarios—.
Como pueden apreciar, en la zona lateral derecha de sus cuellos tienen un
botón, justo por debajo de sus orejas.
››Si lo presionan se activarán unos cascos que les cubrirán sus
rostros... Es para poder proteger sus identidades. Háganlo, por favor.