—Muchas gracias, Esmeralda. Esta información es realmente útil —
dijo Morgan mirándola fijamente.
—Por esa razón les dije que Magnus era mi peón más importante,
pero todavía hay más...
—¿Qué otra cosa te dijo el doctor? —preguntó Sam.
—Él mencionó que ahora está dentro de una furgoneta junto a Caluti
y una mujer llamada Návila. Aunque el viejo no sabe nada de ella.
››Dice que también hay un militar en el asiento del conductor, y... —
Esmeralda se sorprendió al leer el texto en la pantalla—. Ellos... tienen a un
gobernante Raxán de rehén.
—¿Q-Qué demonios? —comentó Boldort atónito.
—¿¡Ahora qué haremos!? —preguntó Samuel.
Boldort suspiró y les planteó algo.
—Tengo una idea. Como saben, yo estoy en contra de la violencia...
por eso no mataré a Caluti, sino que intentaré convencerlo para que desista
de su plan. Le mostraré que la política solucionará las cosas que están mal
en esta nación.
—¿Y si no funciona? —dijo Esmeralda.
—Si mi plan fracasa... —Boldort frunció el ceño—. Deberán
detenerlo como sea, aunque eso implique su muerte.