intermitentes a su reloj con sus dedos. Hacía eso mientras silbaba de manera
disimulada.
—Señor Caluti, acabo de recibir un mensaje en código morse... —
comentó Návila.
Ambos se encontraban en el ascensor, atravesando el piso
veintisiete. Ella leyó la pantalla flotante de su pulsera, y dijo: el mensaje es
del joven Lucas. Él menciona que Boldort ya se encuentra en el pasillo y se
está acercando a la sala de reunión.
—Ya está dentro —afirmó Lu desde los ductos.
—¡Muy buenas tardes, caballeros! —Boldort les sonrió
amablemente. Este se acercó a la gobernante Celia, y se dispuso a besar su
mano—. Es un gusto volver a ver a tan hermosa dama.
La mujer tenía el cabello dorado suelto y un extenso saco blanco.
—¡Señor Boldort! ¡Esta es una reunión importante! ¡No venga
queriendo cortejar a la gobernante!... Le sugiero que tenga más respeto por
los presentes —Le exhortó el Pilar de Yalas.
—La actitud de este caballero no me molesta en absoluto. De hecho,
pienso que varios de ustedes deberían aprender ciertos modales de él —
comentó Celia defendiéndolo.
—Muchas gracias, bella dama —respondió Boldort mientras se
acercaba lentamente hacia Dorgan.
Él apoyó la mano sobre el hombro de su sobrino. El emperador le
respondió con una sonrisa. Luego de ese afectuoso gesto, Dorgan preguntó:
tío Boldort, ¿a qué se debe su tardanza? Usted debería ser el primero en
llegar, considerando el hecho de que trabaja en este edificio.
—Lo siento mucho, sobrino mío. Lamentablemente tenía cosas
pendientes y me sobrepasaron las horas. Espero que los caballeros y la
hermosa anfitriona sean indulgentes conmigo.
—No se preocupe, señor Boldort. De todos modos, no podemos
empezar la reunión sin el señor Ernest —explicó el Pilar de Blomuria.
—¡Oh! ¿El gobernador de Krama aún no ha llegado? —dijo él
fingiendo estar sorprendido.
La anfitriona tomó la palabra