Confundida por esas palabras, ella alzó la vista y vio a una chica
pigmentada apuntándole directamente a la cabeza con una pistola de
plasma. La joven llevó el dedo índice a sus labios, e hizo un gesto para que
Návila guardara silencio.
Kun, cuando oyó las carcajadas, preguntó confuso desde la azotea:
¿todo bien ahí abajo? Lu... ¿Qué le sucede a Caluti?
—No estoy seguro, pero... creo que está por iniciar la segunda fase
del plan —respondió él desde los ductos.
—¿La segunda fase? ¿Tan pronto? —comentó Lucas frente a la
puerta del pasillo.
—¿Eh?... ¿Qué es segunda fase? —preguntó el guardia confundido.
Lucas, llevando la mano al cuello, se rascó y sonrió, diciendo:
bueno... Eh... La segunda fase... ¡Es esto!
Cuando terminó de decir eso, el gemelo le propinó un golpe certero
en el rostro, y noqueó al guardia al instante. En ese momento, reportó.
—Hermano menor en posición. El camino está libre. Cambio y
fuera.
Caluti seguía riéndose con el rostro lleno de lágrimas, entonces
exclamó con la voz quebrada.
—¡No les importa!... ¡A ustedes no les importa en lo más mínimo lo
que les pase a esas regiones!
Él intentaba contener la risa, pero no podía detenerse; esa era una
reacción involuntaria de su cuerpo para suprimir el nerviosismo que sentía.
El magnate respiró profundamente y comenzó a calmarse poco a poco. Este
llevó el pañuelo a su rostro y secó sus lágrimas. De repente, metiendo la
mano nuevamente bajo su traje, sacó una pistola y disparó en la cabeza al
emperador.
Todos los presentes quedaron horrorizados por ese despiadado acto.
Debido a la cercanía y a la brutalidad del impacto, la sangre de Dorgan
salpicó a Caluti, manchándole parte del rostro y la ropa. Boldort se cubrió
bajo la mesa, estando estupefacto por ver el cuerpo de su sobrino tirado en
el suelo.
El emperador yacía sin vida y con dos agujeros en las sienes,
rodeado de un charco carmesí y viscoso. La sangre se esparcía lentamente