—Me parece muy razonable —comentó Susan estando mucho más
tranquila.
La mujer comenzó a asimilar la situación, entonces ayudó a su
esposo a levantarse. Návila regresó en ese momento.
—La zona está segura, no encontré nada sospechoso.
—Muy bien, gracias Návila —contestó Lu.
—En marcha... —ordenó Esmeralda con frialdad.
—No se preocupen por sus equipajes. —Belton cogió dos maletas
—. Nosotros nos encargaremos de llevarlos.
Luego de ese dramático evento, todos se dirigieron a la fábrica.
Las robots Sully y Lara se habían encargado de cuidar a Morgan, a
Kun y a Lucas, quienes todavía estaban dormidos.
Mirando en retrospectiva, quizás fue solo suerte, aunque para
muchos, el mundo siempre estuvo compuesto por engranajes invisibles que
giraban para guiar las vidas de los seres humanos; moviéndose con el único
propósito de que algunas personas cruzaran sus caminos. Quizás es eso a lo
que muchos llamaban destino. Pero, ya sea por obra del azar o una
intervención divina, lo cierto era que Cloe y Morgan se volverían a
encontrar después de tantos años de haber estado separados.