EUMARIA

(AV) #1

doméstico. Así que... hiciste un gran favor a la policía y a la sociedad.


Kun continuaba mirando sus manos, sin mostrar interés alguno.
—Además, muchacho, tengo una gran sorpresa para ti, creo que te
gustará. ¿Recuerdas la promesa que hicimos hace seis años en el hospital?
—El hombre hizo una pausa—. Bueno, hoy es el día en que yo cumplo con
mi parte... Solo observa.


Caluti hizo una señal a Magnus, quien dio una orden.
—Traigan al sujeto.
Kun levantó la vista y vio cómo la puerta corrediza de la habitación
se abría. Dos guardias arrastraban a un hombre en cadenas, quien lloraba y
gritaba implorando ser liberado. Era el mismo despreciable que había
abusado y matado a su hermana. Tras los gritos, Caluti susurró unas últimas
palabras.


—Muchacho, ya sabes qué hacer con él.
El magnate apagó el micrófono, y aunque todo estaba en silencio, se
podían sentir los gritos de dolor, los huesos rompiéndose, y el sonido de la
sangre derramándose por el suelo. Magnus y Caluti observaban desde arriba
cómo Kun le arrancaba los brazos al hombre. Al ver esa brutal escena, el
doctor hizo un comentario.


—Francis, los auriculares del muchacho... —Magnus guardó
silencio un momento y miró a Caluti por el rabillo del ojo—. sirven para
inhibir su ira, ¿verdad?


—Exacto —respondió él con una sonrisa, eso, mientras observaba
cómo Kun pateaba la cabeza decapitada del violador. Caluti, con la mirada
fría, añadió—: Al empezar con los experimentos, el chico tenía demasiado
odio acumulado. Así que busqué la forma de aplacar, o al menos contener
esa ira.


››Fue así como tuve la brillante idea de hacerlo mediante su regalo
más preciado: el reproductor de música de su hermana. Ese aparato es un
oasis para el chico, le permite escuchar la voz de ella... y escapar de su cruel
realidad.


—A veces me pregunto, Francis, si eres una persona buena o un
hombre malvado.

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