—¿¡Qué!? ¡¿Él siempre lo supo?!... ¿¡Ustedes lo planearon todo?!
—No. No te confundas, niña. Al principio, el muchacho también
creyó que yo había muerto, pero unos meses después de que mi fábrica fue
destruida, me reuní con él y le expliqué cómo escapé.
››Durante esos siete años, antes de que vencieran a Francisco, había
estado constantemente en contacto con Morgan. Yo le proporcionaba todo
tipo de datos relevantes para que ustedes pudieran realizar sus misiones.
—¡Carajos!... ¡No me lo creo! —La mujer se veía un poco molesta
—. ¡Ahora entiendo por qué ese idiota de Morgan siempre acertaba con los
sitios estratégicos durante nuestras operaciones!
››Pero... ¿Por qué arriesgarte así? ¿¡Por qué dejaste que Caluti te
asesinara!?
—Necesitaba cerrar un ciclo —respondió él.
—¿Un... ciclo? ¿A qué te refieres?
—Mi historia con Francisco terminó ese día en la SCG; él logró
vengar la muerte de Suria y de Kevin. Comprendí que era necesario el que
yo muriese por sus propias manos, de lo contrario..., él no descansaría hasta
encontrarme.
—Suena lógico —comentó Lu.
—Entiendo —dijo Esmeralda. Esta, mirando directamente a
Boldort, preguntó—: Pero... ¿Por qué le dijiste a Morgan y no a mí?
—Porque había hecho un trato con él, y esa es la razón por la que
vine hasta aquí. Esmeralda, Morgan está a punto de hacer algo que no te
gustará para nada..., por eso he venido a pedir tu ayuda.
—¿Algo... que no me gustará? ¿Y qué clase de trato hicieron?
Boldort les relató todo acerca del origen de la Tercera Guerra
Mundial, y cómo esos infectados fueron traicionados por sus ancestros.
—Esto tiene que ser una broma —resopló Esmeralda.
—No lo es, en realidad, yo también sabía al respecto.
—¿Lu? ¡¿Tú también?!
—Sí... Hace nueve años leí el libro de Fabio Raxán.
Boldort y la emperatriz se sorprendieron al oír eso. Lu continuó
hablando.