Lu quedó completamente en silencio. Boldort se tranquilizó, y luego
de disculparse, miró a Esmeralda.
—Niña, posiblemente en este momento los grises están luchando
contra los orains... Si nos apuramos, podremos realizar una eutanasia
general. De esa manera nadie más sufrirá.
››Solo dejaremos a los animales con vida. ¿Qué te parece?...
¡Pasarán millones de años para que estos evolucionen y desarrollen el
raciocinio!
—Señor Raxán, ¡esa idea suena más descabellada que la de Caluti!,
¿usted quiere que realicemos un genocidio total?
—¡No, no, no! ¡Nosotros también moriremos!... ¡¡Mi idea es un
suicidio general!!
—¡¡Señor, usted se volvió completamente loco!! —protestó Lu.
—Llámalo como quieras, pero ya no podemos evitar la guerra. Los
grises inevitablemente traspasarán el muro de Astoriu y destrozarán todo a
su paso... ¡No hay forma de impedirlo!
Esmeralda se mantuvo callada, sintiéndose traicionada por su mejor
amigo, pues jamás creyó que Morgan haría algo como eso, pero de repente
escuchó al gemelo.
—¡Hay una manera de evitarlo!, ¡y sin la necesidad de que se
derramara sangre inocente!
El Raxán y ella miraron sorprendidos a Lu. Él se agachó y tomó la
mano de la emperatriz.
—¡Esmeralda!... ¡Podemos rociar la sustancia para borrar la
memoria!
Ella abrió más los ojos mientras el gemelo continuaba exponiendo
su plan.
—¡Podríamos usar los helicópteros y sobrevolar el bosque de
Astoriu durante la batalla!... ¡Estoy seguro de que funcionará!
—Lu, pero si hacemos eso... ¿A caso no cometeríamos el mismo
error que los Raxanes? Nuestra paz estaría protegida por medio de una
mentira —comentó ella.
—Lo sé, pero ¿No es lo mismo que haríamos con las personas
abusadas sexualmente? —Lu estaba bastante animado con su plan—. Esa