Caluti cambió completamente la expresión de su rostro. Tragó saliva
y comenzó a temblar levemente. Acercó sus labios al oído de Esmeralda.
—¿Cómo sabes de ellos?
—¿De quiénes? —preguntó ella.
—Cómo sabes de las personas que perdí —dijo Caluti con los ojos
aguados mientras acercaba sus dedos para secarse.
—No lo sé, simplemente lo deduje —susurró ella.
—¿Lo dedujiste? ¿A qué te refieres, niña?
—A ver... Eres un hombre de más de cuarenta años. Llevas un anillo
de compromiso en el dedo equivocado; eso me dice que tuviste una pareja y
que posiblemente estaban comprometidos.
››Debido al aspecto añejo del anillo, supuse que pasó hace mucho
tiempo. Aunque por alguna razón la boda no se concretó. Puedo estar
equivocada, pero hay una gran posibilidad que ese noviazgo haya tenido
como fruto un hijo.
››El hecho de que hayas venido aquí puede significar muchas cosas,
sin embargo, hay tres posibilidades que sobresalen; La primera es que eres
un hombre estéril y no puedes tener hijos. La segunda... que tu pareja haya
sido otro hombre y no pudieron engendrar.
››Pero la tercera, y la más probable... es que ya has sido un padre,
aunque solamente por un corto lapso. Tu trato me dice que ya has tenido
experiencia con niños o adolescentes, y si te preguntas cómo es que sé si era
un hijo y no una hija... Bueno, eso lo supuse por la manera en que me
trataste.
››Anteriormente me llamaste “campeona”; ese es un adjetivo típico
utilizado en niños. Pero si hablaras regularmente con una niña, me habrías
dicho cosas como “hermosa”, “pequeña”, “cariño”... u otros calificativos
estúpidos que los adultos dicen a los niños para que los obedezcamos.
››Aunque, lo que aseguró mi suposición de que tuviste un hijo... fue
el hecho de que llevas ese pañuelo celeste en el bolsillo. Cuando te secaste
el sudor, me percaté de que tu pañuelo tiene figuras de pelotas de skeibol.
Lo que significa que pertenecía a un niño; un adulto jamás usaría algo así,
pero más que nada, lo que me empujó a preguntarte eso... fue tu mirada;
denotas mucha tristeza.