“Cuando llegue (a vivir al sector) ya
estaba el matadero, porque yo siempre iba
también a buscar lo que nos daban ahí. Iba a
buscar cosas de comer, incluso panas, todas
esas cosas nos daban ahí, ricas las panitas para
comer con la familia. Estábamos muy vulnera-
bles en ese tiempo, no teníamos plata, nada”.
Sra Oclida Yáñez
“Don Gerardo nos daba panas, ubres de
vacuno, todas esas cuestiones. Yo las hacía de
distintas maneras, ahí para servirnos con los
chicos porque fue mucha la pobreza en esos
años.Había días muy tristes, muy pobres y yo
que tenía tanto niño, tenía que andar arrendando
a veces, y mi marido era maestro, era mueblista.
Usted sabe que los maestros casi nunca son
como de trabajar apatronado, que reciben su
plata mensualmente. Él no, porque si hacía un
mueble y lo iba a entregar, entonces decía...
pucha, le salían con que no había plata, hasta
cuando le salía otro más”.
Sra. Ervia Maldonado Gatica