- Intro
Algo maravilloso estaba a punto de suceder. Quizás revolucionario. La
aplicación para móvil "Generador de cultos religiosos" era un título
atractivo orientado a cualquier decepcionado o herido por el infortunio
existencial. Billdog continuó trabajando en ella, gracias a las
sugerencias de la AI y, colaborando con profesores de filosofía y
maestros espirituales no sectarios, para asegurarse de que cada
usuario tuviera acceso a la información más precisa, actualizada y
completa.
La aplicación de Billdog era un recordatorio de que la espiritualidad es
un viaje personal y único. A través de ella, millones de personas,
probablemente, encontrarian una forma de explorar su propio cuerpo,
su mente y alma, para conectar con la realidad última de manera
auténtica, personalizada e individual. Y así, la búsqueda espiritual se
convertiría, para muchos, en una aventura emocionante y honesta,
gracias a la libertad interior necesaria para el diseñar y asumir un culto
religioso personal y gratuito y, luego, poderlo compartir con otros
usuarios de la aplicación e, incluso, generar comunidades de
creyentes o practicantes afines, para propiciar encuentros o proponer
proyectos conjuntos como por ejemplo: "Darle nombre al culto
religioso resultante", "Crear textos sagrados exclusivos", "Crear un
código moral y alimentario individualizado", "Diseñar y financiar un
templo propio", "Elaborar un método, prácticas y rituales para uno
mismo", "Componer letras y músicas religiosas específicas", "Generar
mantrams, rezos y oraciones", "Generar imágenes religiosas",
"Organizador de grupos de encuentro y comunidades de prácticas
locales", "determinar los santos lugares", "programar peregrinaciones",
etc.
Además, gracias a la inteligencia artificial, el usuario podía preguntar,
si la religión creada guardaba similitudes con alguna existente. En