El Mundo - 03.04.2020

(lily) #1

EL MUNDO. VIERNES 3 DE ABRIL DE 2020
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P R I M E R P L A N O


Hace unos días el periodista Rafa Latorre
planteaba en el programa Más de uno que
ningún medio había podido preguntar aún a
Pablo Iglesias por qué se ha saltado la cua-
rentena. Una cuestión importante que va
más allá del interés por el comportamiento
particular del vicepresidente. Latorre apun-
taba a un problema central: la condición de
simulacro de las ruedas de prensa del Go-
bierno. Simulacro, efectivamente: porque el
control del poder que debe hacer la prensa
es representado, pero no realizado.


Toca a los constitucionalistas aclarar si
esta inversión de papeles, que coloca al
Gobierno como el agente que controla la
prensa y no al revés, ataca el articulado de
la Constitución referido a la libertad de ex-
presión e información. Al resto nos queda
mejorar los instrumentos para entender el
modus operandi de este Gobierno. No es
poca faena. Pues toca desgranar la lógica
de acción de un Ejecutivo que mientras
desvirtúa la naturaleza política de las rue-
das de prensa, multiplica, paradójicamen-
te, las comparecencias ante los medios de
comunicación de los miembros y portavo-
ces del Gobierno. ¿A qué estamos jugando?
Descartando tesis más arriesgadas, qui-
zá la más realista sea pensar que el Gobier-
no de Pedro Sánchez está capeando el tem-
poral como sabe y como puede: difuminan-
do la frontera entre el ser y el parecer.
Dicho de otro modo, confiando la suerte a
que una parte del electorado, socializada en

el consumo masivo de imágenes, no distin-
ga lo real de lo visible. No ha sido otro su
proceder desde que llegó a La Moncloa ca-
balgando una mayoría, heterogénea, com-
plicada (y voluntariamente elegida): susti-
tuir la impotencia ejecutiva por una poten-
te imagen presidencialista. Ya saben: «Yo
soy el presidente del Gobierno».
Como nos advirtió Giovanni Sartori,
apesadumbrado por la transformación del
homo sapiens en homo videns, el poder de
la imagen, por su propio impulso y exigen-
cia, termina en el abuso del pseudoacon-
tecimiento: el evento prefabricado que se
inserta en el curso de la realidad de forma
artificial. Las comparecencias del Gobier-
no se inscriben en esta lógica. Perfecta-
mente controladas a través del filtrado de
las preguntas que realiza el secretario de
Estado de Comunicación, funcionan como
productos construidos para producir en la
opinión pública la imagen de un Gobierno

fuerte, firme y seguro ante la crisis pandé-
mica. Si no hay crítica, no hay duda; si no
hay réplica, menos si cabe. Y funcionan
como el contrapunto televisivo perfecto a
la ración sin cuento de sucesos que agitan
la emociones cada día en telediarios y de-
más programación. Primero miedo, des-
pués esperanza. «Son las emociones, estú-
pido», como ha teorizado Iván Redondo,
el jefe del Gabinete de la Presidencia del
Gobierno.
Lo cierto es que Pedro Sánchez y su equi-
po han captado que vivimos en un tiempo
emotivo que, como decía Sartori, ha inver-
tido el evangelio de San Juan para procla-
mar a los cuatro vientos: «Al principio fue la
imagen». Pero tengamos cuidado y no rom-
pamos el frágil equilibrio entre pasión y ra-
cionalidad sobre el que se asienta el edificio
de nuestro sistema político, sólo por reba-
ñar unos votos. Por mucho menos Platón
quiso expulsar a los poetas de la polis.

Gobierno de


las emociones


JORGE
DEL PALACIO

R. PIÑA / E. FERNÁNDEZ MADRID
El confinamiento decretado por el
Gobierno para tratar de frenar la ex-
pansión del coronavirus ha obligado
al desarrollo de ruedas de prensa te-
lemáticas y a que los periodistas y
cámaras de televisión vean inte-
rrumpida su habitual asistencia a las
comparecencias políticas. Esta cir-
cunstancia ha suscitado polémica en
lo que respecta a las convocatorias
que se celebran en Moncloa, toda
vez que –a diferencia de PP o Ciuda-
danos, por ejemplo– no se permite la


interacción directa con los ministros
o los responsables técnicos de la
gestión de la crisis –las preguntas se
trasladan mediante WhatsApp y se
encarga de seleccionarlas y trasla-
darlas el secretario de Estado de Co-
municación–, lo que ha llevado a los
periodistas a demandar a la Secreta-
ría de Estado de Comunicación un
cambio de modelo.
El modelo articulado por Mon-
cloa estaba concebido para dar
oportunidad al mayor número po-
sible de periodistas y medios de

formular preguntas, pero conlleva
que sea un miembro del Gobierno
el que ejerza de moderador; el he-
cho de que muchas veces se antici-
pen las preguntas permite la plani-
ficación de la respuesta y se elimi-
na la capacidad de la repregunta.
La polémica se puso de manifies-
to cuando muchos periodistas, du-
rante la comparecencia de Pedro
Sánchez el 21 de marzo, traslada-
ron al presidente si alargaría el es-
tado de alarma. La pregunta, pese
a ser objeto común de varios me-

dios, no se trasladó, y apenas unas
horas después se conocía que así
sería porque Sánchez lo trasladó a
los presidentes autonómicos.
Para tratar de paliar la tutoriza-
ción de las preguntas por parte de
Moncloa, se ha articulado un mani-
fiesto firmado por centenares de
periodistas de todo tipo de medios
que demandan la libertad de pre-
guntar, pues consideran que el sis-
tema «revela falta de transparen-
cia» e «interés por controlar la in-
formación» y supone al fin y al

cabo una «nueva forma de censura
a los medios». Reporteros Sin Fron-
teras (RSF) ha mostrado su respal-
do a los profesionales de los me-
dios que solicitan «mayor transpa-
rencia» en el sistema de preguntas
al Gobierno y apoya el manifiesto.
Asimismo, la APM y la Fape
han propuesto a la Secretaría de
Estado de Comunicación la parti-
cipación por videoconferencia de
los periodistas que habitualmente
cubren la información del Gobier-
no en las ruedas de prensa de
Moncloa, además de mantener el
chat actual de telefonía móvil en
el que participan numerosos pro-
fesionales de todos los medios.
El Gobierno, por su parte, defien-
de su «transparencia» en un contex-
to como el actual, alegando que se
han formulado casi 460 preguntas
en 46 ruedas de prensa y que los
miembros del Gobierno han inter-
venido en 75 entrevistas en distintos
medios de comunicación. «Nunca
ha habido una despliegue de trans-
parencia informativa como el ac-
tual», señalan desde el Gobierno.
Pero la tutorización no sólo afec-
ta a las preguntas de las ruedas de

prensa, sino también a la puesta en
escena. Desde el 12 de marzo, los
periodistas no pueden acceder al
complejo presidencial, lo que provo-
ca que sea el equipo de Moncloa el
encargado de la puesta en escena y
realización de las comparecencias.
Decide planos, imágenes a mos-
trar... Una señal que después toma
Overon, empresa de Mediapro, que
es la encargada de distribuir la se-
ñal: da el servicio de subida de se-
ñal audiovisual HD a satélite.
Desde el día 10 no tienen acceso
a la sala de prensa las tres cámaras
que utilizaba en cada comparecen-
cia RTVE y que servían a la pública
y a las autonómicas. Ahora toda la
realización está en manos de Mon-
cloa, sin opción a otras imágenes.

El confinamiento permite a


Moncloa tutorizar la información


El Gobierno asume la puesta en escena de las comparecencias y filtra las preguntas


500


periodistas. Más
de medio millar de
múltiples medios de
comunicación firman
el manifiesto por la
libertad de preguntar.

Pedro Sánchez toma notas durante una de sus comparecencias en Moncloa, mientras en la pantalla aparece una pregunta formulada por los periodistas. POOL


COVID-19 EL CONTROL DEL MENSAJE

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