El Mundo - 09.03.2019

(Michael S) #1
EL MUNDO. LUNES 9 DE MARZO DE 2020
19

i


MUNDO


Más apagones,


a un año del


colapso eléctrico


Caracas se queda sin luz durante tres días


mientras en otros estados hay cortes diarios


D. LOZANO / D. SANTANDER CARACAS
La privilegiada Caracas se sumó a
la celebración nacional del primer
aniversario del colapso eléctrico
nacional, el más grande de la His-
toria. Hasta tres días estuvieron sin
luz varios sectores de la capital, al-
gunos con energía intermitente, en
un déjà vu que evidencia que el sis-
tema eléctrico está muy lejos de es-
tabilizarse, como bien lo saben los
habitantes del interior. En estados
como Táchira, Zulia, Mérida, Bari-
nas, Guárico o Portuguesa la vida
ha transcurrido en oscuridad par-
cial durante estos 12 meses.
«Pasé tres días sin luz, desde el
jueves por la mañana. Teníamos
que ir a la oficina de mi papá don-
de tienen una ducha y ahí pude ba-
ñarme. Por suerte, en casa tene-
mos un congelador grande inde-
pendiente que se mantuvo cerrado
y evitó que la comida se dañara»,
describió Alex Ivanovic, profesor
de diseño gráfico de 26 años que
vive en La Florida. Para
entretenerse, pasaba ho-
ras en casa de amigos
hasta que recibió el an-
siado mensaje de su pa-
dre el sábado en la no-
che: «Volvió la luz».
Los fallos eléctricos no
sólo apagan las ciudades,
también dificultan el ser-
vicio de agua y empeoran
las comunicaciones. Da-
niela García, empleada
de una agencia de publi-
cidad, llegó a su trabajo
en Sabana Grande el jue-
ves a las 9:30 de la maña-
na, y ya no tenían ener-
gía. «Estuvimos todo el
día sin luz, yo hice lo que
pude para trabajar desde
el celular porque no te-
níamos internet. En la
tarde nos fuimos, ya no
tenía sentido seguir ahí», recordó
para EL MUNDO. Las estaciones
del metro de Caracas estuvieron
cerradas en el sector, colapsando
los insuficientes autobuses del
transporte público y generando ca-
os, algo que ya no es extraordina-
rio en Venezuela.
Los apagones también se inten-
sificaron en el suroccidente del
país. La estatal Corporación Eléc-
trica Nacional informó de que el
problema se solucionó al final de la
tarde del sábado. Para justificarse,
recuperó el relato propagandístico
del gobierno al asegurar que el
apagón fue provocado por un «sa-
botaje» en líneas de transmisión de

alta tensión, sin proporcionar ma-
yor evidencia.
«Es muy duro reconocer que nos
estamos acostumbrando, pero aquí
siempre estamos mal. En mi sector
el racionamiento tras los apagones
del año pasado comenzó en tres
horas diarias, después subió hasta
seis horas, pero para conmemorar
el año ya nos han puesto 12 horas
de racionamiento. Y tenemos suer-
te, porque hay gente que ya lleva
un día entero sin luz. El agua nos
llega cada tres días durante un par
de horas, en las cuales tenemos
que llenar los pipotes [depósitos]»,
se queja Luzsandra, que vive entre
Maracaibo y San Cristóbal, dos de
las capitales más perjudicadas del
país.
Durante el colapso de marzo,
Maduro justificó el quiebre del sis-
tema nacional acusando al Imperio
de lanzar unos rayos electromag-
néticos contra las centrales energé-
ticas, a francotiradores invisibles

de provocar incendios con sus ar-
mas teledirigidas y a hackers a ser-
vicio de EEUU. «El régimen que
mantiene sin luz a Venezuela le
mintió descaradamente al país y al
mundo», denunció José Aguilar,
consultor internacional.
La realidad es que se trató de un
fallo en la Central Hidroeléctrica
del Guri, que desencadenó incluso
saqueos en distintas zonas. Los ex-
pertos aseguran un año después
que la central funciona de forma li-
mitada, mientras otras, como Toco-
ma, siguen paralizadas. El Comité
de Afectados por los Apagones ha
contabilizado más de 80.000 fallos
durante el año transcurrido.

Un almacén usado por el Consejo
Nacional Electoral (CNE) en Caracas para
guardar 42.000 máquinas de votación se
incendió el sábado, sin que de momento se
conozca la magnitud de los daños. «Vamos
a exigir una investigación a profundidad
sobre las causas de este incendio, que
provoca algunos daños en nuestra
infraestructura electoral», adelantó la
presidenta del CNE, Tibisay Lucena. Un
desconocido Frente Patriota Venezolano se
ha adjudicado la acción a través de un
vídeo, en el que siete encapuchados, con
ropa militar, aseguran haber iniciado una
ofensiva contra Maduro. «Prácticamente
se perdió todo», confirmaron fuentes
políticas a EL MUNDO. / D. L.

INFRAESTRUCTURA


ELECTORAL EN LLAMAS


Precisamente, Mujeres en Línea
es uno de los colectivos que hace
un año consiguió que la Comisión
Interamericana de Derechos Hu-
manos otorgara medidas de pro-
tección urgente a la Maternidad
Concepción Palacios, uno de los
hospitales públicos más emblemá-
ticos de Venezuela. Un año des-
pués, las condiciones para las mu-
jeres son igual de precarias, pese a
la propaganda gubernamental.
Sólo en 2018 fallecieron 15 mu-
jeres que buscaban atención para
su embarazo. En enero pasado, los
colectivos profesionales del hospi-
tal desvelaron que la falta de he-
moderivados y otros insumos, así
como los desperfectos en los quiró-
fanos, obligaron a reducir el núme-
ro de cirugías.
Según las últimas estadísticas
del Ministerio de Salud, en 2016 la


mortalidad materna aumentó un
65% y la infantil creció un 30% con
respecto al año anterior.
«Todo mi amor para ustedes,
mujeres», celebró ayer Nicolás Ma-
duro el 8-M, desde su «corazón

profundamente feminista» y dis-
puesto, aseguró, a «construir la pa-
tria feminista, libre de violencia de
género». Las estadísticas vuelven a
desmentir al hijo de Chávez: una
ola de feminicidios (casi uno por
día) se abate sobre las venezolanas
en lo que va de año, tanto en su
país como fuera de él, al calor de la
impunidad de los agresores y la
inacción del Estado.
Unas mujeres que «llevan sobre
sus hombros, de forma despropor-
cionada, la mala calidad de una vi-
da pauperizada. El feminismo de
Maduro es pura mentira, es cartón,
quiere una mujer sumisa que no
desafíe el statu quo actual y que se
quede en su casa ejerciendo las la-
bores que históricamente les han
sido asignadas, como han sido la
reproducción y el cuidado de los
niños», sentencia Kislinger.

Llegan a Colombia
chicas muy jóvenes,
malnutridas y con
una alta tasa de sífilis

Sus bebés «no tienen
capacidad de succión
para alimentarse del
pecho de su madre»
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