El Mundo - 09.03.2019

(Michael S) #1
EL MUNDO. LUNES 9 DE MARZO DE 2020
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OPINIÓN i


EL CATECISMO debe enseñarse en las pa-
rroquias, en los colegios religiosos y en ca-
sa. Parece lógico que, en un Estado laico,
la ley exija que en las escuelas públicas se
rechace su enseñanza. Conviene recordar,
sin embargo, a Isabel Celaá que la Historia
de las Religiones forma parte de la cultura
general y que debería ser asignatura obli-
gatoria. Aprender lo sustancial del islamis-
mo, el judaísmo, el cristianismo, el budis-
mo, el paganismo, el sintoísmo, el hinduis-
mo o el animismo resulta elemental.
Sin estudiar la leyenda dorada de los
dioses griegos sería difícil disfrutar de la
literatura que vertebra la cultura occi-
dental desde Homero a André Malraux.
Y sin el conocimiento de sus religiones
no se puede entender una parte sustan-
cial de la literatura china, india o egipcia;
ni contemplar con profundidad el Taj
Mahal que construyó Sha Jahan para su
esposa Mumtaz; ni Angkor Wat en Cam-
boya ni Notre Dame en París ni Borobu-
dur en Indonesia ni El Escorial en Espa-
ña ni San Pedro en Roma ni el templo
del Cielo en Pekín ni la mezquita azul en

Estambul ni Abu Simbel en Egipto. Si se
quiere disfrutar de las manifestaciones
culturales en arquitectura, escultura, li-
teratura, música... hay que conocer las
religiones. La sinagoga hebrea, la cate-
dral cristiana, los partenones paganos, la
pagoda budista o el templo hindú for-
man parte de la cultura universal. Si un
alumno no puede aprobar el bachillera-
to sin saber quién es Julio César o Cris-

tóbal Colón, tampoco debería hacerlo ig-
norando a Mahoma o a Confucio.
La cultura general exige saber lo que
significan Alá y el Corán; Buda y Brahma;
Shiva y Visnú; Moisés y Cristo. Cualquie-
ra que se haya paseado por Estambul o
Pekín, Praga o Jerusalén, Atenas o Delhi,
Río de Janeiro o Harare, en Zimbabue,

dará testimonio de algo que es elemental.
Incluso para entender la cultura de la
Negritud habrá que tener idea de ese
Dios fecundador del animismo distinto
del Dios creador de las religiones occi-
dentales y asiáticas. No olvidaré nunca
aquella noche de 1963, en un poblado del
Congo, cuando asistí al rito religioso de la
danza de la fecundidad. La virgen más jo-
ven de la tribu, esbelta como una liana

verde, danzaba al ritmo del tam-tam. Era
un frenesí de fruta fresca. Parecía la lla-
ma de una hoguera. Los ojos le brillaban
como carbones encendidos mientras la
luna se le derramaba a puñados por su
piel de leche negra.

Luis María Anson, de la Real Academia Española.

CANELA FINA


LUIS MARÍA
ANSON

Hay cierta alarma por los datos pillarejos
filtrados y la denuncia que dice que va a
poner la entrañable Corinna contra Juan
Carlos de Borbón, que reinó como Juan
Carlos I. La primera parte de su reinado
es una de las más positivas de la Historia
de España, cuando como sucesor, no
heredero, de Franco a título de Rey, y,
rodeado de un grupo excepcional de
políticos provenientes de la dictadura,
militares patriotas y civiles discretos,
supo dirigir, pactándola con el PCE
eurocomunista, la transiciónde la
dictadura a la democracia, sin muertos ni
venganzas. Los comunistas de ahora,
hijos del narco bolivariano, han odiado
siempre, como la ETA y el golpismo
catalán, aquella hazaña basada en la
común conciencia de españolidad de
cuantos la protagonizaron. Sólo el año
clave de la Transición, 1976, que no tiene
el libro que merece, habilita la entrada de
Juan Carlos I en la Historia por la puerta
grande. Eso no se lo quita ni la Ley de
Memoria Histórica, urdida por ZP contra
la Transición.
Su salida del trono y de la Historia fue
por la puerta de atrás, víctima de dos
vicios: el dinero que no tuvo de niño y
cierto mujerío, en especial la pájara que,
tras vivir como reina bis en La Angorilla,
ahora pía. Pero los grandes instigadores

de la corrupción de Juan Carlos fueron
el PSOE y PRISA, que, en vez de limitar
sus excesos, que la edad empeoró,
crearon un protectorado del que los
protectores sacaban más que el rehén
protegido.
Lo que la antigua querida del antiguo
Rey o los manejos del amigo de la fiscal
general del Estado y su entrañable Garzón
digan o hagan no afecta a la inviolabilidad
del Rey, que es Felipe VI, ni a la Corona.
Juan Carlos I abdicó por falta de
ejemplaridad. A ella y a la Constitución
apeló en su coronación Felipe VI, y ha
cumplido fielmente su compromiso. Si el
padre, que renunció a un enorme poder en
favor de las limitaciones constitucionales,
sehubiera enfrentado al separatismo, tal
vez el hijo no habría tenido que salir a
defender la Nación y la Constitución. A
solas con la Nación, lo hizo. Y no tenemos
otro Rey ni hay más Corona que la suya: la
de España.
Más escándalo hubo con Bernardo de
Holanda por el caso Lockheed y ahí está la
corona holandesa, tan lozana gracias a
Máxima, hija de un ministro de la
dictadura argentina. No roban, son guapos
y simpáticos.Aunque no tanto como los
nuestros, que lo tienen más difícil.

El Rey es


Felipe VI


Juan Carlos I abdicó por
falta de ejemplaridad. A
ella y a la Constitución
apeló en su coronación
Felipe VI, y ha cumplido

COMENTARIOS
LIBERALES

F. JIMÉNEZ
LOSANTOS

IDÍGORAS Y PACHI


Historia de


las religiones


ACABAMOS de asistir a una estafa políti-
co-periodística de antología. Un montaje
de la izquierda castro-chavista que empe-
zó con un titular: «Un análisis del MIT,
publicado por The Washington Post, nie-
ga que hubiera fraude electoral en Boli-
via». Menudo bombazo: el prestigioso
Massachusetts Institute of Technology
desmentía a la Organización de Estados
Americanos (OEA), cuyo informe sobre
los comicios de octubre de 2019, tan de-
moledor como impecable, propició la re-
nuncia de Evo Morales (que pretendía re-
elegirse tras 13 años en el poder).
Los medios repicaron la noticia. John
Curiel y Jack Williams, del laboratorio de
datos electorales del MIT, concluían que no
había indicios estadísticos del fraude: vale,
sí, hubo un apagón en pleno recuento y, pa-
ra cuando volvió el sistema, Morales había
ampliado tanto su ventaja que iba derechi-
to al triunfo en primera vuelta. Pero John y
Jack hicieron simulaciones y gráficos con
puntitos y lo encontraron todo muy normal.
De inmediato, Morales y sus aliados po-
líticos (entre ellos nuestro Zapatero remen-

dón de dictaduras) iniciaron una campaña
contra la OEA. Entonces The Washington
Post movió ficha: ellos no dieron ninguna
información. Era una tribuna de opinión de
John y Jack, publicada en un blog, dentro
de la web del diario. Y el MIT aclaró que el
informe no era suyo. John y Jack eran em-
pleados, pero ese trabajo lo habían hecho
por su cuenta, para el Centro de Investiga-
ción Económica y Política (CEPR).

Algunos periódicos corrigieron, pero
mal, porque les faltó lo principal: averi-
guar qué es el CEPR. Se trata de un think-
tank de Washington vinculado al régimen
chavista. Su fundador, Mark Weisbrot,
rendido admirador de Hugo Chávez, es
conocido por el escaso rigor de sus infor-
mes económicos y por el asedio a perio-

distas que lo han puesto en evidencia. El
analista senior del CEPR es Guillaume
Long... ministro del ecuatoriano Rafael
Correa. Y su directora de programas in-
ternacionales es una tal Deborah James...
que durante años coordinó, según el eco-
nomista Edgar Otálvora, la Oficina de In-
formación de Venezuela, abierta en 2003
para tareas de propaganda del Gobierno
chavista en Washington.

Esto ya da una visión más completa,
¿verdad? Y ahora falta el contexto: en mar-
zo se renueva el cargo de secretario gene-
ral de la OEA, y en mayo hay elecciones en
Bolivia. Nada gustaría más a la red boliva-
riana que sacar a Luis Almagro y reponer
a Evo Morales. Y encima, con la ayuda de
una prensa seria que se deja meter goles.

SUJÉTAME EL VERMÚ


MAITE
RICO

Noticia


bomba... y falsa

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