El Mundo - 09.03.2019

(Michael S) #1

EL MUNDO


D X T


LUNES 9 DE MARZO DE 2020


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JAIME RODRÍGUEZ MADRID
Semanas atrás, en este serial olímpi-
co del DXT, Elsa Baquerizo y Lili Fer-
nández contaban que sus amigos les
acusan muchas veces de tener el
mejor trabajo del mundo. Voley pla-
ya es lo suyo, con todo lo (bueno)
que supone. Mar, arena, música,
sol... Alguna pega ponían, pero con
la boca pequeña. En el caso de Álva-
ro Iglesias (Madrid, 27 años), nues-
tro protagonista de hoy, quizá habría
que ubicarle en el otro extremo, en el
de los oficios más duros del planeta
(deportivo). No suena demasiado
bien tener que lanzarse a parar una

pelota que vuela a 120 kilómetros
por hora. Lleva coquilla, espinilleras,
rodilleras y protector bucal, pero la
cara va descubierta. Dos veces le
rompieron los dientes. «Duele», reco-
noce. «Es muy rápido y valiente», le
define el seleccionador, Frédéric So-
yez. Álvaro ejerce de Corredor 1 en
el equipo nacional de hockey hierba.
Es el primer soldado en salir a inter-
ceptar el penalti córner, el primer de-
fensa ante la portería en la jugada
más reconocida de esta modalidad
que tendrá selección española feme-
nina y masculina en Tokio. Con ellas
estará su novia, Begoña García, que
acepta a la segunda posar en la foto-

grafía de este reportaje. «Debe apa-
recer, es muy importante, me ayuda
y me aguanta», insiste Álvaro, mien-
tras llama también a su padre, Anto-
nio, para que se sume. Entre los tres
suman cerca de 450 internacionali-
dades con España, en una familia
marcada por el hockey. Sólo falta en
la convocatoria el tío Jani, que traba-
ja como técnico en la federación.
En el salón de la casa de Pozuelo
–Sergio Llull es vecino–, por las es-
tanterías de los Iglesias se ven
sticks, trofeos, recuerdos y peluches
de los Juegos Olímpicos. Entre ellos
destaca uno inolvidable, Cobi. En
Barcelona 92 estuvo Antonio, lloran-
do por una medalla que se escapó al
caer en los cuartos de final, mismo
filtro que no pasó Álvaro en Río


  1. El próximo verano, en la cita
    japonesa, espera el clan quitarse el
    regusto amargo y volver con premio.
    «Ojalá no se cancelen los Juegos por
    el Coronavirus, cruzo los dedos»,
    suspira una de las figuras del equipo
    nacional, preocupado como todos
    por el devenir de la imprevisible
    pandemia que amenaza con parali-
    zar el deporte mundial este año.
    La selección jugó sin problemas
    semanas atrás en Nueva Zelanda y
    Argentina, pero nadie sabe qué su-
    cederá en el futuro con los partidos
    internacionales. Sin ir más lejos, los
    dos del próximo fin de semana en
    Valencia, ante Australia. El estadio


Betero se ha convertido en sede ofi-
ciosa de la selección, tras las buenas
experiencias recientes. Allí conquis-
tó España la plaza para la Tokio ba-
jo una atmósfera de fiesta y ánimos
casi futboleros. Entre el público, en-
caramados a la valla, se desgañita-
ron Santi y Víctor, dos amigos del
grupo que intenta siempre acompa-
ñar a Álvaro en sus partidos. «Ya es
tradición; quiero estar en los Juegos.
Estoy mirando vuelos», cuenta el
primero, encargado de pasear al pe-
rro de los Iglesias cuando la familia

está de viaje. Pollo, así se llama el
animal, viste collar rojigualdo y en
mitad del retrato, opta por salir del
encuadre. A su aire –ver foto–.
«Álvaro es muy responsable, se
pierde muchos planes, pero es nor-
mal», comenta Víctor, siempre en lí-
nea de WhatsApp, como el resto de
colegas, para dar ánimos al amigo
que se dedica al hockey. Si juega a
deshoras, en latitudes oceánicas, se
levantan para seguir por internet sus
partidos. La remontada ante Francia,
en el preolímpico, la vivieron en di-
recto, en Valencia, con emoción. «Sa-
bía que estaba con mi gente, y eso es
muy importante», confiesa Álvaro,
jugador del Club de Campo.
La dinámica de su deporte es dis-
tinta a la del fútbol o el baloncesto,
con unos 120 días al año vestido de
la selección, donde el espíritu de
equipo no es un lema vacío. De ahí
los buenos resultados en una espe-
cialidad que cuenta con pocos fede-
rados en el país, en comparación
con las grandes favoritas al oro en
Tokio. Bélgica, la primera. En esa
rutina de viajes, hoteles, concentra-
ciones y entrenamientos, Iglesias
destaca como uno de los líderes del
combinado. «Es buena gente, vaci-
lón, y hace piña», explica Frédéric
Soyez, el francés que dirige a Espa-
ña. La fortaleza de los hilos invisi-
bles del vestuario dice que es funda-
mental. Jugadores de Barcelona y
Madrid conviven con sus diferen-
cias, dejando la política a un lado.
«Es una maravilla de grupo, ojalá
podamos conseguir ese gran resul-
tado que buscamos», pide el selec-
cionador, sin mencionar la soñada
medalla en los Juegos.
Álvaro espera que el mister les
permita acudir al desfile de inaugu-
ración. «Debutamos al día siguiente,
pero no quiero que se lo pierdan»,
responde el técnico. En el nuevo es-
tadio olímpico de Tokio estará aplau-
diendo el clan Iglesias.

Los pelotazos


duelen menos


con amigos


y familia


En la casa de ÁLVARO IGLESIAS el hockey hierba es religión. Su padre


estuvo en Seúl 88 y Barcelona 92, su tío es técnico de la federación y


su novia, Begoña, irá a a los próximos Juegos con la selección femenina. No faltará


allí un grupo de amigos incondicionales, que no se pierden un partido de Álvaro.


Sentado en la mesa, Álvaro Iglesias, y detrás: Begoña, su novia, Antonio, su padre, y sus dos amigos: Víctor y Santi. Y saliendo de plano, el perro ‘Pollo’. ANTONIO HEREDIA


LA FAMILIA,


RUMBO


A TOKIO


Iglesias sale a cortar el
penalti córner, un puesto
de riesgo; «Es valiente y
rápido», dice su técnico

TEST OLÍMPICO


Contesta Álvaro Iglesias.

¿Su recuerdo favorito de la
historia olímpica? Disfruté
mucho del oro que consiguió
Nadal en Pekín (2008). No
olvido sus ‘semis’ con Djokovic.

¿Si logra una medalla
olímpica dónde iría a
celebrarlo? Con mi familia y
mis amigos en cualquier sitio.
Pero lo celebraría a lo grande.

En WhatsApp, ¿escribe o
manda audios? Normalmente
escribo, salvo que tenga que
contar una historia larga.

¿A qué deportista admira?
Admiro a muchos deportistas.
Si tengo que decir uno, sería
Nadal o Ian Poulter, un golfista
inglés muy competitivo sobre
todo en la Ryder Cup.

¿Su comida prohibida? No
tengo ninguna, pero sí que
cuido mucho mi alimentación.

¿Ha ligado por redes
sociales? No, conozco a mi
novia desde hace muchos años.
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