Expansión - 09.03.2020

(lily) #1

Mensual de fondos febrero


Lunes 9 marzo 2020Expansión 3


su forma de operar para ajus-
tarse al modelo de Aladdin.
Rob Goldstein, el director
de operaciones de BlackRock,
afirma que las herramientas
de riesgo de Aladdin están di-
señadas para ayudar a los ges-
tores de carteras, no para sus-
tituirlos, y añade que platafor-
mas rivales ofrecen una alter-
nativa, negando así la idea de
que el sistema financiero de-
penda en exceso de Aladdin.

Conflictos de intereses
La escala del dominio de
BlackRock en la industria de
la inversión y en su ingeniería
tecnológica han dado pie a
conflictos de intereses poten-
ciales. Como mayor gestora
de activos del mundo, el gru-
po es uno de los principales
accionistas de la mayoría de
empresas cotizadas mundia-

les, incluidos muchos clientes
de Aladdin.
BlackRock es el mayor ac-
cionista de Santander, cuya
división de gestión de activos
se incorporó a la plataforma el
año pasado, y un importante
accionista de HSBC y Credit
Suisse, también clientes re-
cientes. Esto ha hecho temer
a los rivales que la influencia
de BlackRock sobre las com-
pañías les haya convencido de
escoger a Aladdin, algo que
BlackRock rechaza.
La firma es el tercer mayor
accionista de Apple, lo que le
da influencia sobre los votos
de los accionistas de la com-
pañía, y Sue Wagner, cofun-
dadora de la gestora de fon-
dos, es miembro de los conse-
jos de administración de am-
bas firmas. Wagner también
está en el consejo de Swiss Re,
otro cliente de Aladdin cuyo
ex vicepresidente, Mathis Ca-
biallavetta, es miembro del
consejo de BlackRock.
Aladdin nació como un
simple libro de cuentas para
las carteras de bonos poco
después de la fundación de

BlackRock en 1988. Confor-
me crecía, BlackRock exten-
dió su uso a ciertos clientes. El
primero fue General Electric,
que en 1994 ponía a la venta el
bróker Kidder Peabody, pero
no sabía cómo valorar los acti-
vos en su balance. Varias ope-
raciones extraordinarias si-
milares llevaron a BlackRock
a terminar ofertando Aladdin
como producto en 2000.
El sistema se ha expandido
deprisa. El acuerdo en 2015
de BlackRock para adquirir
FutureAdvisor creó una ra-
mificación de la plataforma
para los asesores financieros,
utilizada en la actualidad por
Morgan Stanley y UBS. La fir-
ma también ofrece una ver-
sión de Aladdin para los ban-
cos custodios, como BNY
Mellon. El año pasado,
BlackRock compró eFront,
una plataforma tecnológica
de capital riesgo, por 1.300
millones de dólares, exten-
diendo el alcance de Aladdin
a activos menos líquidos.
Hay poderosas tendencias
que han alimentado el ascen-
so de Aladdin. La inversión ha

aumentado su dependencia
del big data. A medida que las
herramientas que procesan la
información han ido volvién-
dose más complejas, los in-
versores, los gestores de fon-
dos y las aseguradoras han re-
currido a plataformas más
grandes, como Aladdin, para
sustituir multitud de sistemas
especializados.
El crecimiento de Aladdin
se refleja en el balance de
BlackRock. Los ingresos por la
tecnología, dominados por
Aladdin, ascendieron a 974
millones de dólares el año pa-
sado. Aunque sólo represente
el 7% del total de la compañía,
supone una de las áreas de más
rápido crecimiento de la firma.
Analistas de Morgan Stanley
prevén que estos ingresos au-
menten a más del doble en los
seis próximos años.

Aladdin conecta a
los inversores y a los
mercados y mide el
riesgo de los activos
en las carteras

LOS INGRESOSPOR EL ÁREA DE TECNOLOGÍA

En billones de dólares.

Fuente:Bloomberg Expansión

2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018 2019

1,0

0,8

0,6

0,4

0,2

0

finanzas modernas


conflictos de intereses.


LAFIRMABATEA SUSCOMPETIDORES

Compraración enbase100. BlackRock

Fuente:Bloomberg Expansión

2005 2006 20072008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018 2019 2020

800

600

400

200

0

S&P 500 Asset Manager Index

Su gran influencia
hace temer que
pueda desestabilizar
el sistema si sufre
algún sobresalto

Fondos y datos


M


uchos son los avances experimentados en los últi-
mos años a nivel técnico sobre big data y procesa-
miento de datos. Con el incremento de las capaci-
dades, tanto de cálculo como de gestión de ingentes cantida-
des de datos, se abren multitud de alternativas y de nuevas
posibilidades de analizar aspectos que tradicionalmente re-
querían de mucho más tiempo y dedicación “manual”.
Los resultados de estas nuevas técnicas y capacidades es-
tán directamente vinculados con la calidad de los datos que
utilicemos. Una gran receta puede echarse a perder si los in-
gredientes no son de calidad óptima, un tren de alta veloci-
dad no puede usarse si no va sobre unas vías adecuadas, et-
cétera. Grandes jugadores han sido capaces de desarrollar
nuevos entornos de almacenamiento de datos, nuevos algo-
ritmos y técnicas de machine learning cuyo potencial esta
fuera de toda duda. Sin embargo, el tema de la calidad de los
datos es algo que impacta a toda la industria y en el que todos
los participantes han de tener los mismos objetivos.
Es fundamental abordar cuanto antes el tratamiento de
los datos: hasta qué punto es necesario homogeneizarlos y
qué papel ha de jugar cada parte. En la industria de fondos
existe un gran valor en las capacidades específicas de cada
gestor, lo cual ha requerido en muchos casos de un minucio-
so análisis a nivel cualitativo de dichas capacidades. Este
análisis puede ser complementado con un tratamiento de
los datos más metodológico que permita identificar sesgos y
capacidades, bien
de manera más pre-
cisa o sobre univer-
sos más amplios.
Para ello, es nece-
sario que exista
cierta consistencia a
nivel de los datos
que son relevantes y
homogeneidad a la
hora de reportarlos.
A día de hoy, estos
aspectos requieren
de un gran trabajo
manual por la falta
de estándares de
mercado. Un claro
ejemplo se da en el
ámbito de Inversión
Socialmente Responsable (Environmental, Social and Go-
vernance, en inglés), donde pese a la creciente conciencia-
ción ecológica y climática que estamos viviendo, hasta aho-
ra, no existía un sistema de clasificación común a escala
mundial que definiese lo que es una actividad económica
sostenible desde un punto de vista medioambiental.
La Comisión Europea, a través del informe final del grupo
de expertos de alto nivel sobre finanzas sostenibles, dio a co-
nocer a finales de 2019 las recomendaciones estratégicas pa-
ra un sistema financiero que respalde las inversiones soste-
nibles.
La normativa permitirá clasificar las inversiones sosteni-
bles y definir los productos financieros que podrán ser eti-
quetados como “ecológicos” y cuyo objetivo es dar claridad a
los inversores y fomentar así la participación del sector pri-
vado en la transición hacia una economía climáticamente
neutra.
Esta herramienta de clasificación ofrece a los inversores
beneficios tales como: claridad vía un idioma común, tra-
ducción de los compromisos del acuerdo de París, ahorro de
tiempo y dinero para los inversores y emisores, soporte a di-
ferentes estilos y estrategias de inversión, colocación de los
datos medioambientales en contexto, evitar riesgo reputa-
cional y recompensa a empresas.
Con todo lo mencionado anteriormente, no cabe duda de
que, bajo esta nueva regulación, tanto los inversores institu-
cionales como los gestores de activos de productos social-
mente responsables van a tener que hacer un mayor esfuer-
zo a la hora de explicar a sus inversores de qué manera están
siguiendo estos criterios taxonómicos.

OPINIÓN


Mercedes Garay
de Carranza

Responsable de Soluciones de Inversión Digital.


Parque eólico.

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