LIBRO DE LA SALUD CARDIOVASCULAR
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en el caso de la arteriosclerosis y aún son necesarios más
estudios para aclarar si desempeñan un papel directo o
constituyen un factor intermedio.
Microorganismos implicados en el riesgo
cardiovascular
Chlamydophila pneumoniae
Bacteria —antes denominada Chlamydia pneumoniae—
que clásicamente se ha considerado intermedia entre éstas
y los virus, y que necesita de las células del hospedador
para vivir en su interior utilizando su energía. Se transmite
de persona a persona a través de las secreciones respira-
torias, y la mayoría de la población termina teniendo con-
tacto con la bacteria alguna vez a lo largo de la vida. Tiene
especial apetencia por el tracto respiratorio y, de hecho, es
una de las principales responsables de la neumonía atípica
y de la bronquitis en todo el mundo. Entre los microorga-
nismos relacionados con la arteriosclerosis, C. pneumoniae
se sitúa en primer lugar en cuanto al número de estudios
realizados; es, asimismo, del que más certeza se dispone.
También se está estudiando su relación con la producción
de arritmias. Al ser una bacteria, las infecciones que causa
se tratan con antibióticos.
Citomegalovirus
Virus que infecta prácticamente a la totalidad de la pobla-
ción. Se calcula que, en nuestro medio, el 80% de los
adultos de edad media posee anticuerpos frente a él. No
suele producir enfermedad en la mayoría de las perso-
nas sanas, y tan sólo se han descrito casos de síndromes
febriles, mononucleosis infecciosa o hepatitis. En cambio,
en las personas con alteración de su sistema inmunitario,
como trasplantados o enfermos hematológicos, suele ser
más frecuente y grave. Puede producir neumonía, daño
renal o afectaciones visuales que llegan a causar ceguera
si no se tratan a tiempo. Es, junto con C. pneumoniae, uno
de los microorganismos con más peso en la génesis de la
arteriosclerosis.
Helicobacter pylori
Pequeña bacteria de peculiar forma acodada y caracte-
rístico flagelo (una especie de cola en forma de hilo que
le proporciona movilidad), que se transmite por la vía
fecal-oral principalmente. Suele encontrarse bajo la capa
mucosa que recubre el estómago, donde se ha relacionado
con la producción de gastritis, úlcera gástrica y duodenal,
así como del cáncer gástrico. La demostración de su papel
en estas enfermedades supuso una revolución, ya que
hasta entonces se responsabilizaba, casi exclusivamente,
a las agresiones químicas y al estrés. La erradicación de la
bacteria consigue cicatrizar las úlceras e, incluso, la regre-
sión del proceso carcinogénico. Paralelamente, su más
reciente implicación en el riesgo cardiovascular también
podría suponer una revolución, aunque en menor escala.
Interviene probablemente en la arteriosclerosis, pero ade-
más, en el momento actual, parece ser el principal microor-
ganismo que podría estar implicado en la producción de
arritmias cardíacas, especialmente la fibrilación auricular.
Virus herpes simple
Se trata del virus productor del herpes labial, una infección
muy conocida por su elevada frecuencia, por su carácter
recurrente y su afectación de piel y mucosas muy carac-
terística en las zonas próximas a la boca y la nariz. Su
aparición puede desencadenarse por estímulos como la
exposición solar, el estrés o la fiebre. Este último factor ha
provocado que la lesión que produce sea conocida como
calentura. También puede afectar a la zona genital o causar
infecciones más graves con daño pulmonar, neurológico
u ocular. Este virus ha sido relacionado con enfermedades
tromboembólicas, al favorecer la formación de trombos,
así como de la placa de ateroma.
Virus de la hepatitis A, B y C y virus de la
inmunodeficiencia humana
Los tres principales virus productores de hepatitis se han
asociado al riesgo cardiovascular, aunque del que más evi-
dencia se dispone es del virus de la hepatitis B (VHB). Estos
virus comparten su apetencia por el hígado, pero pertene-
Morfología característica de Helicobacter pylori.