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DOLOR TORÁCICO: ¿ES SIEMPRE DE ORIGEN CORONARIO?
cardíaca (no hay que olvidar que el dolor en el pecho o pre-
cordial está vinculado culturalmente al corazón).
Las causas más frecuentes de dolor torácico, con
independencia de las de origen cardiovascular, son las
siguientes:
- Causas pulmonares: entre ellas destacan las pleu-
ritis, el neumotórax, las traqueobronquitis y algu-
nas neumonías. Evidentemente, el dolor en estas
situaciones dista mucho de parecerse al de origen
coronario, pues su localización no es retroester-
nal, salvo en algunos casos de traqueobronquitis. - Causas mediastínicas: los procesos mediastínicos,
como las mediastinitis y el enfisema mediastínico,
pueden producir dolor torácico y retroesternal. Éste
suele prolongarse durante horas, generalmente no
presenta irradiación y se acompaña de otros sínto-
mas que hacen fácil el diagnóstico diferencial. - Alteraciones musculoesqueléticas: entre ellas desta-
can las roturas musculares, las distensiones y sobre-
cargas musculares y la neuritis intercostal. En todas
estas situaciones, una exploración médica y un inte-
rrogatorio correctos facilitan el diagnóstico en todos
los casos. Los síntomas, además, son muy manifies-
tos en una región determinada del tórax y en nada
se parecen a los de la enfermedad coronaria (angina
de pecho, infarto de miocardio, muerte súbita). - Causas osteoarticulares: entre ellas se contemplan
las osteoartritis de la columna cervical y de la
columna dorsal, y el síndrome de Tietze (costo-
condritis en la cual aparece dolor en las articula-
ciones de las costillas y el esternón). Las articula-
ciones afectadas suelen ser la segunda, la tercera,
la cuarta e incluso la quinta. En estos casos de
síndrome de Tietze, el dolor se refleja en la parte
anterior del tórax, pero una exploración porme-
norizada permitirá al médico realizar un rápido
diagnóstico diferencial. - Causas psicógenas: las más frecuentes son la ansie-
dad, la depresión y el estrés. En otro capítulo se
realiza un análisis detenido de estas patologías. - Causas digestivas: entre ellas destacan las enfer-
medades esofágicas, la dispepsia funcional, la
úlcera gastroduodenal, la litiasis biliar y la pan-
creatitis. Todas pueden originar dolor en alguna
parte del tórax, pero se acompañan de otros sín-
tomas que en general hacen fácil el diagnóstico.
Tan sólo las enfermedades esofágicas pueden
generar cuadros clínicos muy similares a los coro-
narios (véase la tabla 2).
El dolor de origen esofágico se puede parecer (e
incluso confundir) al de origen coronario debido a que el
corazón comparte con el esófago las fibras sensitivas de los
mismos segmentos de la médula espinal. El plexo cardíaco
nace de los nervios vagos y los troncos simpáticos. Por ello,
el dolor de origen esofágico, que se caracteriza básicamente
por localizarse en el centro del tórax, por su carácter cons-
trictivo, por su duración de varios minutos y que incluso
puede ser inducido por el esfuerzo, puede dar lugar a confu-
siones diagnósticas con el dolor relacionado con la isquemia
miocárdica (angina e infarto). Como consecuencia de ello,
la realidad clínica es que la mayoría de los pacientes con
dolor torácico y patología esofágica han sido inicialmente
evaluados por cardiólogos. Algunos estudios han puesto
de manifiesto que hasta el 50% de los pacientes admitidos
en unidades de cuidados intensivos por dolor torácico no
TABLA 2. Causas esofágicas de dolor torácico
Por efecto mecánico:
Trastornos de la motilidad esofágica:
- Acalasia
- Espasmo esofágico difuso
- Peristalsis sintomática (esófago en cascanueces)
- Espasmo esofágico segmentario
- Hipertensión del esfínter esofágico inferior
- Contracciones esofágicas de duración prolongada
Por efecto químico:
Reflujo gastroesofágico
Por efecto mixto
Por hipersensibilidad esofágica
Esófago y cardiopatía isquémica:
Alteraciones esofágicas en pacientes con cardiopatía
isquémica con arterias coronarias patológicas
Alteraciones esofágicas en pacientes con cardiopatía isqué-
mica con arterias coronarias normales. Angina microvascular.
Esófago y trastornos psiquiátricos
Por otras causas:
Infecciones esofágicas (bacteriana, vírica, fúngica)
Enfermedades sistémicas (enfermedad de Crohn, sarcoidois)
Tumores esofágicos
Secundario a cirugía, quimioterapia o radioterapia
Isquemia esofágica