LIBRO DE LA SALUD CARDIOVASCULAR
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presentaban alteraciones significativas en las pruebas car-
diológicas realizadas, incluida la coronariografía. La posibili-
dad de que este dolor sea debido a alteraciones esofágicas
ha sido intuida y señalada por diversos autores.
Una de las primeras aportaciones clínicas que rela-
ciona el dolor torácico con el esófago se debe al famoso
médico canadiense William Osler, quien, a finales del siglo
XIX, en su libro Principios y práctica de la medicina, describe
el esofagismo o los espasmos del esófago en relación con
disturbios emocionales. Su descripción original dice: «La
estructura espástica del esófago se pone de manifiesto en
pacientes histéricos o hipocondríacos. La forma idiopática
o de origen desconocido se presenta en mujeres con un
marcado hábito neurótico. El ataque aparece bruscamente
y se asocia a disturbios emocionales y a dolor subesternal».
Aportaciones posteriores de otros muchos autores confir-
man las observaciones clínicas de Osler, pero no aportan
datos nuevos. Hasta los años sesenta del siglo XX, coin-
cidiendo con la introducción de primitivos equipos que
estudiaban la motilidad esofágica, no empezaría a consi-
derarse científicamente la relación clínica entre el dolor
torácico y las alteraciones esofágicas.
De todas las posibles causas esofágicas capaces de
producir dolor torácico, hasta hace 20-25 años, únicamente
se consideraban la acalasia y el espasmo difuso esofágico.
Sin embargo, a partir de la introducción en la clínica de
los estudios de motilidad y pHmetría esofágica, el mejor
conocimiento, a la luz de estas exploraciones, de los dife-
rentes trastornos de la motilidad esofágica (y la posibilidad
de manejar agentes provocadores del dolor) ha abierto la
posibilidad de conocer mejor estas causas y profundizar en
ellas. Se sabe de la existencia en el esófago de diferentes
receptores (termorreceptores, mecanorreceptores y qui-
miorreceptores) que desempeñan una importante función
en la génesis del dolor torácico de origen esofágico. Gracias
a todo ello, y a otros aspectos más básicos y complejos, hoy
se pueden identificar diversas causas esofágicas de dolor
torácico a partir del llamado efecto mecánico. Dentro de
ellas, además de la acalasia y el espasmo difuso esofágico, se
encuentran otras, como la peristalsis sintomática o esófago
en cascanueces, el espasmo esofágico segmentario, la aca-
lasia vigorosa, la hipertensión del esfínter esofágico inferior
y las contracciones esofágicas de duración prolongada. Otro
gran grupo, de gran relevancia clínica por su elevada fre-
cuencia, estaría constituido por aquellas situaciones en las
cuales lo fundamental es el efecto químico, como sucede en
el caso del reflujo gastroesofágico. En otros, la causa puede
ser mixta, y se observan de manera concomitante un tras-
torno motor y reflujo gastroesofágico. Por último, un grupo
en el cual se encuadra el esófago irritable, proceso en el que
destaca como fundamental la hipersensibilidad esofágica.
Además de lo anterior, hay que considerar a un con-
junto de pacientes con otras patologías esofágicas menos
frecuentes e incluso raras (isquemia esofágica, infecciones,
tumores, etc.), así como diversos trastornos más comple-
jos, en los que existe una respuesta anómala de la microcir-
culación cardíaca en presencia de trastornos esofágicos, o
bien la combinación de alteraciones esofágicas asociadas
a trastornos psiquiátricos.
Hoy se acepta que, de todos los trastornos referidos
en la tabla 2, los que más frecuentemente producen dolor
torácico con características muy similares al dolor de la
isquemia coronaria (angina e infarto) son los de la motilidad
esofágica, la enfermedad por reflujo gastroesofágico o las
formas mixtas. Conviene advertir que los trastornos motores
esofágicos responden terapéuticamente a los nitritos o a los
bloqueantes de los canales del calcio, algo que siembra más
confusión, pues se trata de fármacos que también alivian el
dolor de origen coronario. Por el contrario, en el caso de la
Ante un dolor en el tórax o dolor precordial debe acudirse de inmediato
a un centro médico.