DE_2009_salud_cardiovascular

(tlittels) #1
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LA RESUCITACIÓN CARDÍACA

hecho, en paradas cardíacas por fibrilación ventricular de
más de 4-5 minutos de duración, se ha demostrado que
un período inicial de masaje cardíaco de dos minutos
antes de intentar la primera desfibrilación aumenta las
probabilidades de restablecer un ritmo normal y mejora
la supervivencia.
Los desfibriladores convencionales que se encuen-
tran en los hospitales y que llevan los equipos médicos
de emergencias extrahospitalarias son los desfibriladores
externos manuales. Con ellos, los profesionales sanitarios
pueden monitorizar el ritmo cardíaco de un paciente y,
en caso necesario, aplicar un choque eléctrico de energía
variable entre 5-360 julios mediante las palas de desfibri-
lación apoyadas sobre el tórax del paciente. Algunos de
estos desfibriladores permiten monitorizar la oxigenación
de la sangre del paciente e incluso pueden utilizarse como
un marcapasos externo.
La importancia y la eficacia de la desfibrilación pre-
coz propulsaron el desarrollo de desfibriladores externos
semiautomáticos. Estos aparatos están diseñados para
registrar e interpretar automáticamente el ritmo cardíaco
de un paciente y darle un choque eléctrico previa autoriza-
ción de la persona que está atendiendo al paciente, sea un
profesional sanitario o no.
La utilización del desfibrilador es muy sencilla por-
que la intención es que puedan ser usados por personas
sin formación médica ni sanitaria, y el propio aparato va
guiando al operador por las fases de encendido del sis-
tema, conexión de placas adhesivas para monitorización
y desfibrilación, y registro e interpretación automática
del ritmo cardíaco del paciente. En función del resultado
de esta interpretación, el desfibrilador formulará la reco-
mendación de administrar o no un choque eléctrico al
paciente.
La ubicación ideal de los desfibriladores semiau-
tomáticos son sitios con mucha afluencia de personas y
cierta probabilidad de tener que atender a un paciente
con una parada cardíaca, como centros médicos, centros
comerciales, estadios y polideportivos, establecimientos y
zonas de recreo, casinos, aeropuertos, estaciones centrales
de tren y autobús, empresas y grandes oficinas, edificios de
la Administración, aviones, etc.
El Colegio Americano de Cardiología y la Asociación
Americana del Corazón hicieron pública en el año 2004 la
recomendación de que toda persona trabajadora en orga-
nismos y empresas que prestan asistencia inmediata ante
llamadas de auxilio (como policía, bomberos, servicios de


emergencias médicas, empresas de seguridad, azafatas, etc.),
así como personas que conviven con pacientes que tienen
un riesgo significativo de sufrir una parada cardíaca (como
aquellos que han sufrido un infarto de miocardio), deben
estar entrenados en el uso de desfibriladores externos
semiautomáticos.
Un potencial inconveniente del uso de desfibri-
ladores semiautomáticos por la población sin formación
sanitaria es que puede interferir significativamente en la
calidad y la duración de las maniobras básicas de resuci-
tación cardiopulmonar, debido a la atención que se presta
al dispositivo y a los períodos de análisis del ritmo en que
el desfibrilador recomienda parar el masaje cardíaco para
evitar interferencias. Hay que procurar que la disponibili-
dad y el uso de un desfibrilador externo semiautomático
interfieran lo menos posible con las maniobras básicas de
reanimación, que siguen siendo de importancia crucial en
toda parada cardiorrespiratoria.

Comprobación periódica del pulso
Al igual que ocurre con la ventilación, los retrasos en ini-
ciar el masaje cardíaco y las interrupciones posteriores de
éste por los intentos de evaluación de la presencia o no de
pulso palpable son muy deletéreos.
Por ello, las últimas guías recomiendan que salvo
que el reanimador sea un experto, se renuncie a compro-
bar la ausencia de pulso y se comience inmediatamente
con el masaje cardíaco en todo paciente inconsciente que
no respire ni haga esfuerzos ventilatorios. En el caso de
reanimadores expertos, éstos no deben interrumpir más
de 10 segundos el masaje cardíaco para evaluar la presen-
cia o no de pulso. Igualmente, se recomienda que tras una
desfibrilación se continúe con masaje cardíaco durante dos
minutos con independencia del ritmo resultante. Algunos

Desfibrilador externo manual.
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