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Características de las personas mayores enfermas
En nuestro país, la consideración de que una persona es
mayor, vieja, anciana o de edad avanzada se ha relacio-
nado con la edad de la jubilación, que habitualmente
está fijada en los 65 años, salvo circunstancias personales.
A partir de esa edad, la persona pasa a ser considerada
como vieja o anciana, y entra a formar parte del amplio
colectivo que vulgarmente es conocido como el de la ter-
cera edad. Los términos elegidos para hacer referencia a
las personas mayores son los de viejo o anciano, si bien el
primero puede tener unas connotaciones negativas, por lo
que se prefiere utilizar el segundo.
En España el porcentaje actual de ancianos es
bastante alto (un poco más del 17%), y se estima que irá
aumentando de forma progresiva en los próximos 40 años,
hasta que nuestro país se convierta en uno de los más
envejecidos del mundo.
Cuando enferman, los ancianos se diferencian de los
otros grupos de pacientes en algunos aspectos específicos:
además de tener una edad avanzada, suelen padecer varias
patologías, habitualmente crónicas y que tienden a produ-
cir incapacidad física, motivo por el cual suelen consumir
bastantes fármacos al mismo tiempo. También tienen una
situación afectiva o mental peculiar, así como problemas
familiares y sociales más numerosos.
En este grupo de pacientes se presenta con más fre-
cuencia una serie de problemas médicos; destacan, sobre
todo, los cardíacos (hipertensión arterial, insuficiencia
cardíaca, problemas valvulares), así como los osteoarticu-
lares (artrosis, artritis, fracturas), los neurológicos (pérdida
de memoria, ictus, temblor), los urológicos (infecciones de
orina, problemas prostáticos en el varón, incontinencia
de orina) y los relacionados con los sentidos (pérdida de
visión y/o de audición).
Dentro de toda esta amplia lista de enfermedades
propias de los ancianos se encuentra la estenosis aórtica.
La válvula aórtica normal y el desarrollo
de la estenosis aórtica
La válvula aórtica está situada anatómicamente entre el
ventrículo izquierdo y la arteria aorta, y es el orificio por
el cual se expulsa la sangre desde el corazón al torrente
circulatorio. En un corazón normal, la sangre fluye siempre
desde el ventrículo a la aorta, pero no en sentido contra-
rio. Esto implica, por un lado, que cuando el corazón se
contrae para empujar la sangre (sístole), la válvula aórtica
debe abrirse para permitir que la sangre salga; y, por otro,
que cuando esta contracción cesa y el ventrículo se relaja
(diástole), la válvula debe cerrarse para que la sangre no
vuelva atrás.
El área del orificio valvular aórtico normal es de
unos 3-4 cm^2 y habitualmente tiene tres valvas que funcio-
nan como una compuerta en una sola dirección, es decir,
que permiten que la sangre avance hacia la aorta y que no
Capítulo 52
Estenosis aórtica del anciano
Dr. Carlos Verdejo Bravo
Médico especialista de Área del Servicio de Geriatría del Hospital Clínico San Carlos, Madrid.
Profesor asociado de Medicina de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid
Dra. Raquel del Valle
Médico especialista en Cardiología. Servicio de Cardiología del Instituto Cardiovascular del Hospital Clínico San Carlos, Madrid