Sociedad Y Cultura En La Antigua Mesopotamia - Klima Josef

(alangleds1) #1

mentó de la época de la III dinastía de Ur que atestigua que un
esclavo era propietaria de un terreno. Los esclavos estaban
autorizados a contraer matrimonio, y no sólo entre ellos (en cu­
yo caso también sus hijos eran esclavos, a no ser que su dueño
Íes concediese la libertad), sino también con personas libres,
aunque esto sólo sucediera excepcionalmerite. En la época neo-
babilónica la situación económica fue más favorable, al menos
para una parte de los esclavos. Su fortuna continuaba siendo
propiedad de su dueño, pero aquéllos tenían al menos la opor­
tunidad de ejercer un oficio como agricultores, artesanos o co­
merciantes, lo que eventualmente les posibilitaba pasar a la
clase de los ciudadanos libres. Se conocen también documentos
que atestiguan que sus propios dueños les prestaban a veces el
dinero necesario para sus empresas comerciales. En otros casos,
obtenían estos préstamos, por los que debían pagar los corres­
pondientes intereses, de terceras personas.
La situación de los esclavos en Mesopotamia dependía de di­
versas circunstancias. Debemos distinguir entre los esclavos de
las casas privadas y los que se encontraban al servicio público
(del palacio o del templo). Los primeros se encontraban some­
tidos al poder de los ciudadanos libres como propietarios de los
medios de producción. Hay que contar aquí principalmente a
las esclavas, que trabajaban en la casa del dueño junto con los
miembros libres de la familia. El número de los esclavos de este
tipo no fue muy grande al principio. Las familias sumerias y de
la época paleobabilónica poseían normalmente de uno a tres
esclavos y sólo excepcionalmente un número mayor. Los que se
ocupaban de los trabajos de la casa eran más los miembros
libres de la familia. Los documentos relativos a la partición de
la fortuna familiar en el caso del fallecimiento del cabeza de fa­
milia no mencionan, entre el inventario de los bienes, a nin­
gún esclavo. La producción agrícola no se encontraba lo sufi­
cientemente desarrollada como para que los beneficios que se
obtenían permitieran al agricultor el mantenimiento y cuidado
de varios esclavos. Esta fase primaria de la llamada esclavitud
patrimonial, que se encuentra documentada todavía en las le­
yes de Hammurabi (véase art. 217, 223), según las cuales el
dueño de un esclavo estaba obligado a pagar al médico los ho­
norarios establecidos por los cuidados prestados a este esclavo,
pasó, en los períodos asirio y neobabilónico, a una forma de
esclavitud más evolucionada. El fuerte desarrollo de la produc­
ción agrícola y artesanal llevó al acaparamiento de grandes me­
dios de producción por individuos aislados, que podían enton­
ces emplear en sus empresas a un gran número de esclavos.
Los esclavos públicos se hallaban al servicio del palacio o del
templo. Trabajaban directamente en el palacio o el templo o
llevaban a cabo trabajos en los terrenos o talleres artesanales
propiedad de éstos (como por ejemplo las esclavas en las

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