AGRICULTURA Y GANADERIA, BASE
DE LA ECONOMIA MESOPOTAMICA
VIII
Las CONDICIONES NATURALES Y EL CLIMA DE MESOPOTAMIA
Mesopotamia —al igual que Egipto— poseía las más favo
rables condiciones para el desarrollo de la agricultura. Los asen
tamientos agrícolas de las primitivas comunidades tribales, cOt
mo por ejemplo el de Jarmo, son hasta ahora los más antiguos
vestigios de este tipo, de época prehistórica, encontrados en el
suelo de Mesopotamia. Este asentamiento se encontraba en
una región montañosa, en la parte nordeste del actual Irak (vé
ase cap. III). Las condiciones climatológicas eran muy distintas
de las que encontraron más tarde los pobladores de los asenta
mientos del sur de Mesopotamia, donde las poblaciones presu-
merias y principalmente la sumeria alcanzaron una desarrolla
da cultura agrícola. Hemos aludido ya a la extraordinaria im
portancia del sistema de riegos, formado por una red de cana
les de gran envergadura, con diques e instalaciones hidráulicas.
Sin la creación de un sistema semejante, la agricultura mesopo
támica no habría podido apenas desarrollarse.
Pero, por otro lado, este sistema tuvo un efecto secundario
muy desfavorable, concretamente, la salinización del suelo.
Justamente la división de la superficie del terreno mediante di
ques en pequeñas parcelas contribuyó, asociada al clima, extra
ordinariamente seco, a la progresiva salinización del suelo. El
agua de los ríos, ligeramente salina, se fue evaporando sobre la
tierra a lo largo de siglos. Por esta salinización del suelo fue ha
ciéndose cada vez más duro, de modo que ni siquiera la cons
trucción de drenajes pudo ayudar mucho. Además la escasez
de las lluvias impedía que la sal fuese barrida del suelo. Cuan
do éste alcanza un grado de salinización de 1/2 por 100 no
puede ya cultivarse trigo; con un 1 por 100 tampoco es posible
cultivar cebada; con un 2 por 1Ó0 se hace imposible el cultivo