Sociedad Y Cultura En La Antigua Mesopotamia - Klima Josef

(alangleds1) #1

cimientos económicos babilonios. Sus estudios, que cursó en la
Universidad de Berlín como oyente del profesor Friedrich De-
litzsch, dieron como resultado él notable trabajo «Zum bab'ylo-
nischen Geldwesen» («La moneda babilónica»). Poco despüés
encontramos a Hrozny en el Museo Británico de Londres, estu­
diando textos no investigados hasta entonces, que habían sido
tomados por un himno al dios Ninurta. Hrozny demostró que
no se trataba de un himno sino de un ciclo de mitos relaciona­
dos con este dios de la naturaleza. Su trabajo fue tan notable
que muy pronto se hizo una segunda edición. En el año 1913
Hrozny publicó una nueva obra que supone un profundo estu­
dio de la cultura material mesopotamia y que hasta hoy con­
serva todo su valor científico: «Das Getreide im alten Baby­
lonien». Por este medio se dio a conocer más allá de las fron­
teras de su país el nombre del modesto investigador checo,
a quien el gobierno austríaco de entonces sólo había concedido
un mal remunerado empleo en la biblioteca de la Universidad
de Viena. En 1913 publicó Hrozny su importante trabajo «Das
Getreide im alten Babylonien» (El trigo en la antigua Babilo­
nia), que representa una profunda investigación de la cultura
material del Oriente antiguo, y que ha conservado hasta hoy su
valor científico. Pero para Hrozny estos trabajos fueron sólo los
estudios preliminares de una obra en la que situó el fin primor^
dial de sus aspiraciones: el compendio de la historia del mundo
oriental antiguo bajo el punto de vista del desarrollo social,
económico y cultural. Un objetivo semejante presuponía relle­
nar las lagunas que aún existían sobre la historia del antiguo
Oriente, principalmente sobre Asia Menor, Creta y la cuenca
del Indo.
Casi en vísperas de la primera guerra mundial le llegó a
Hrozny, como caída del cielo, una invitación para ir a Constan-
tinopla, donde se había realizado el importante hallazgo de las
tablillas de arcilla del archivo de los reyes hititas en su antigua
residencia de Khattusha (hoy Bogazkóy). La escritura de estas
tablillas es idéntica a la escritura de las tablillas mesopotámi-
cas. Los asiriólogos podían leerlas, aunque no comprendían la
lengua en la que habían sido escritas. Hrozny comenzó su tra­
bajo en Constantinopla con sumo cuidado y perseverancia.
Durante el día copiaba las tablillas en el museo y, hasta entra­
da la noche, iba reuniendo una a una, en su vivienda, las pa­
labras hititas en un diccionario provisional. La guerra estalló
cuando estaba ocupado con este trabajo y Hrozny tuvo que
regresar a Viena. Pero había reunido ya un material tan vasto
que pudo continuar con su trabajo. Un año después de su
regreso consiguió penetrar en los secretos de la desconocida
lengua. Descifró los textos y constató que la lengua hitita for­
ma parte de las lenguas indoeuropeas. Tras esto presentó la pri­
mera gramática hitita. Fue uno de esos descubrimientos que

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