abandonó su trabajo para siempre. Pero su obra ha permaneci
do como ejemplo de una incoercible aplicación, de un abnega
do trabajo y de una gran perseverancia, unidos a unos conoci
mientos extraordinarios y a una penetrante sagacidad.
La escuela de Hrozny continúa trabajando en esta obra. Sus
miembros trabajan principalmente en la Facultad de Filosofía
de ia Universidad Carolina de Praga. En ésta, el directo sucesor
de Hrozny, Lubor Matous, se ocupa de la asiriología y la su-
meriología. Yladimír Soucek trabaja en el campo de la hiti-
tología. El Instituto de la Academia Checoslovaca de las Cien
cias constituye otro lugar de trabajo. A las investigaciones
sumeriológicas, sobre todo en el campo de los documentos lite
rarios y económicos, se ha consagrado Ladislav Krusina-Cerny.
Como hititólogo trabaja aquí el más antiguo discípulo de
Hrozny, Václav Cihar. De las investigaciones lingüísticas de las
inscripciones de Asia Menor del período posthirita se ocupa La
dislav Zgusta. Los estudios de Josef Klíma están dedicados a las
relaciones sociales y económicas y al ordenamiento jurídico del
antiguo Oriente. Stanislav Segert investiga las fuentes cu
neiformes de Ras Shamra (Ugarit). Y también algunos teólo
gos, principalmente Milos Bic, J. Heller, F. Kotalíky V. Sadek,
entre otros, se ocupan de los problemas del Oriente antiguo.
También la joven generación de orientalistas checos se presenta
en forma satisfactoria: por ejemplo, B. Hruska, P. Charvát, N.
Nováková, J. Pecírková, J. Prosecky y V. Zamarovsky, que goza
de un merecido prestigio por sus libros de divulgación
científica sobre el Oriente antiguo.
En el campo de investigaciones de la escritura cuneiforme,
trabajan ya los alumnos de los alumnos de Hrozny: V. Soucek y
Nea Nováková en la Facultad de Filosofía de la Universidad
Carolina; B. Hruska, J. Pecírková y J. Prosecky en el Instituto
Oriental de la Academia Checoslovaca de las Ciencias, y J.
Soucková-Sieglová en el Museo etnográfico. También V. Za
marovsky se ha dado ampliamente a conocer mediante sus
libros de divulgación científica.
En la asiriología, sumeriología e hititología y en las especiali
dades afines a la investigación de la escritura cuneiforme nos
espera aún un enorme trabajo, cada vez mayor debido a los cre
cientes hallazgos de los arqueólogos. En consecuencia, todo
cuanto hoy sabemos del antiguo Oriente tiene sólo un valor li
mitado y debe ser continuamente completado, corregido y so
metido a nuevas interpretaciones. Transcurrirá aún mucho
tiempo antes de que conozcamos suficientemente la vida de la
sociedad oriental antigua y las recíprocas relaciones e influen
cias que dieron lugar a su evolución. Pero sólo lo que los últi
mos cien años nos han ofrecido gracias al sacrificado trabajo de
los investigadores, y al de los obreros que con sus palas, layas y
carretillas contribuyeron a que saliesen de nuevo a la luz los an
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