herramientas, utensilios, armas y numerosas figuras (véanse
láms. IX y XXI); o relieves (véase 'lám. XIII) de bronce. La cabe
za de bronce, que se encontró en Nínive y que posiblemente
representa a Sargón de Akkad, forma parte sin duda alguna de
las obras de mayor valor artístico de Mesopotamia (véase
fig- 5).
En el siglo XII a. de C. comenzó en Mesopotamia la era del
hierro. El hierro venía de Asia Menor, de Armenia, del Cauca-
so y de Persia. Originariamente se empleaba sólo para la fabri
cación de objetos de adorno, pues era muy escaso y su precio
proporcionalmente alto (véase cap. X). Los asirios atribuían
incluso al hierro efectos mágicos y le denominaban el «metal
del cielo». Con el curso del tiempo, comenzó a utilizarse para
la fabricación de utensilios, de herramientas y de armas. En el
palacio de Sargón II en Dür Sharrukín se han hallado numero
sos objetos de hierro, tales como cadenas, armas y herramien
tas. La elaboración del hierro desempeñó un gran papel en to
da la antigüedad oriental. El país que poseía los conocimientos
y los medios para la elaboración del hierro tenía la posibilidad
de ejercer una presión económica y política sobre sus vecinos.
También se llevó oro a Mesopotamia procedente de Nubia,
Arabia, Asia Menor, Cáucaso e Irán, y plata, principalmente
de Armenia y de Asia Menor. Los hallazgos de la necrópolis re
al de Ur (véase cap. IV), como por ejemplo el famoso vaso de
plata de Entemena (véase lámina XVIII), confirman ei alto gra
do de destreza artística alcanzado a mitad del tecer milenio por
los orfebres armenios, quienes incluso conocían ya los trabajos
de filigrana (como se ve por ejemplo en la funda de puñal de
Rg. 39. Molde hueco asmo para la fabricación de objetos de adorno. En
contrado en Tepe Gaura. Anchura, 9 cm. Staatlichen Museen, Berlín