Sociedad Y Cultura En La Antigua Mesopotamia - Klima Josef

(alangleds1) #1

liamada «piedra negra de Lumatur», el hijo de Eannatum, rey
de Lagash (siglo XXV a. de C.). Del período sargónico destaca
el obelisco cuadrangular, cuyo texto contiene el contrato de la
compra de tierras del rey Manishtúshu (siglo XXIII a. C.). A ca­
da lado de este obelisco se enumeran los terrenos según su ex­
tensión y su valor (en plata y en cereal), comprados cada uno
de ellos a cada una de las cuatro comunidades rurales. Sus
representantes son designados aquí como los «señores del cam­
po» y, en su papel de vendedores, como «comedores de la pla­
ta». Junto al precio de Ja compra se mencionan también diver­
sas «primas» (en plata) y diversos regalos (aceite, lana,vestidos,
etc.), que no estaban destinados a la persona a quien se había
designado como vendedor sino al resto de los miembros de la
comunidad («hermanos»).
En la época de la I dinastía babilónica en tiempos del antece­
sor de Hammurabi, los contratos de compraventa de terrenos y
ios documentos sobre préstamos ya son los más representativos
de la vida jurídica. La mención en estos documentos de ventas
de bienes muebles (esclavos, ganado, inventarios domésticos,
etc.) es mucho más rara. El código de Eshnunna no exige
—hasta donde podemos saber— la forma escrita de los contra­
tos de compraventa; ordena únicamente que el comprador esté
en situación de demostrar mediante testigos quién había sido
el vendedor. Según el código de Hammurabi, la forma escrita
del contrato de compraventa (y la presencia de testigos), sólo
era necesaria en el caso de que el vendedor fuera un menor o
Un esclavo. Si en algunos casos se realizaba el contrato por
escrito de la compraventa, se debía al derecho consuetudinario.
Entonces el contrato no tenía simplemente el valor de una
declaración formal; a él iban asociados también efectos
jurídicos y materiales, sobre todo en lo que se refería a la trans­
misión del derecho de propiedad sobre los objetos menciona­
dos. El correspondiente documento podía también servir como
prueba en un eventual proceso sobre la propiedad. A partir de
esta costumbre se desarrolló la práctica de legar también por
escrito la propiedad de una persona a otra.


LA POSICION DEL COMPRADOR

El tráfico comercial en MesoDotamia estaba en manos de los
comerciantes, llamados damkar en sumerio y tamkárü en aca­
dio. Esta denominación se ha conservado hasta nuestros días en
la expresión árabe fadshir, que significa también comerciante.
La actividad comercial de los tamkárñ fue haciéndose mayor
con el curso del tiempo. El primitivo mercáder, que iba de un
lügar a otro con sus mercancías, se convirtió en el comerciante
que poseía una residencia fija y, más tarde, en el comerciante
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