Sociedad Y Cultura En La Antigua Mesopotamia - Klima Josef

(alangleds1) #1

ígúri las leyes de familia sumerias, el hijo que renegaba de su
padre era ignominiosamente tonsurado y vendido como escla­
vo: El código de Hammurabi castiga al hijo que golpea a su
padre a que le sea cortada la mano (art. 195). Permitía también
que se arrojara de la casa paterna al hijo que había faltado re­
petidamente contra la disciplina paterna, pero sólo cuando el
tribunal aprobaba esta resolución (art. 168 y 169). El código de
Eshnunna exigía que los padres dieran su aprobación para que
los hijos pudieran contraer matrimonio (art. 27 y 28). Del códi­
go de Hammurabi se deduce que era el padre quien elegía a la
esposa para el hijo (art. 166 ), y que entregaba a las hijas la dote
y a los hijos el tirkhatum necesario para el contrato matrimo­
nial.-"..
Los hijos menores que habitaban en la casa paterna no
podían llevar a cabo determinados negocios jurídicos. Así, se­
gún el código de Eshnunna, les estaba prohibido aceptar o reci­
bir un préstamo (art. 16). El código de Hammurabi disponía
que los; contratos de compraventa o contratos de depósito reali­
zados con menores se hicieran por escrito o ante testigos. Estas
medidas debían proteger a los menores de edad o a los padres
de éstos. -
El padre estaba autorizado a entregar a sus acreedores a los
hijos (lo mismo que a la mujer) en esclavitud, en fianza. Esta
esclavitud quedaba limitada a tres años y al acreedor le estaba
prohibido vejar o maltratar al esclavo en fianza (art. 166 y s.).
El que los hijos se ocuparan del culto a los antepasados esta­
ba tegulado por una costumbre antiquísima y no se apoyaba en
ningún precepto legal. En muchos documentos, que tratan
sobre lá partición de la herencia paterna, existen sin embargo
cláusulas con las que el padre obliga a sus herederos a mante­
ner el culto a los antepasados.


LA ADOPCION


  • La falta de descendencia se consideraba como una gran des­
    ventaja para el padre de familia mesopotámico, pues carecía de
    la mano de obra necesaria y tampoco tenía a nadie para ocupar­
    se de él en su vejez y para mantener tras su muerte el culto a los
    antepasados. Se" veía por ello obligado a adoptar a un niño
    extraño, que podía ser un expósito o proceder de una. familia
    con numerosos hijos. En Asiría se adoptaban también niñas
    que debían más tarde contraer matrimonio con algún miembro
    de la familia adoptiva. Era normal que entre las familias se hi­
    cieran intercambios de adopciones para así no tener que pagar
    luego el tirkhatum. En las épocas asiría y babilonia tardías, se
    transgredía con rodeos legales la prohibición de enajenar los
    bienes concedidos a funcionarios o militares para su usufructo

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