Sociedad Y Cultura En La Antigua Mesopotamia - Klima Josef

(alangleds1) #1
gran importancia la formación que proporcionaban en ju­
risprudencia, economía y teneduría de libros. En este terreno
precisamente podían prestar valiosos servicios a la administra­
ción de palacio y del templo, así como a los tribunales (véase
fig. 48).

Archivos y bibliotecas

Las necesidades administrativas de palacio, de las que hemos
' hablado anteriormente, condujeron a que se registrasen y cata­
logasen todos los documentos relativos a la administración y a
la economía. De estos documentos formaban parte, por
ejemplo, las diversas advertencias, listas de objetos y personas,
relaciones de los salarios de los empleados, de las ofrendas,
comprobantes y, finalmente, la correspondencia que mante­
níanlos soberanos con los alcaldes y gobernadores de las distin­
tas provincias o con las cortes extranjeras. Uno de los mayores
archivos palatinos, que comprende aproximadamente mil
tablillas de arcilla, fue descubierto en Mari (hoy Hariri) por la
expedición francesa que dirigía A. Parrot. Son importantes
también los archivos de los palacios reales de Ugarit y Alalakh,
entre otros.
Junto a los archivos de los palacios y de los templos, existían
también archivos comerciales y familiares, que nos ayudan a
descubrir diversas relaciones socioeconómicas. Podemos hacer
referencia aquí a los ya mencionados archivos de Kanish, la co­
lonia comercial asiria en Asia Menor (véase cap. IV), y el archi­
vo del conocido tratante de esclavos Balmu-nam-khe, de Larsa.
De la época neobabilóníca podemos mencionar los archivos co­
merciales de la familia Murashu, en Nippur y los de la familia
Egibi, en Babilonia.
La creación de las bibliotecas en Mesopotamia dependía
principalmente de la existencia de instituciones de enseñanza,
primero en los templos y más tarde también en el palacio. En
ellas se reunían las obras literarias sumerias y en la época en
que el sumerio dejó de ser una lengua viva se realizaban tra­
ducciones al acadio. Las copias se ordenaban sistemáticamente
y, en el caso de una obra que comprendiera varias tablillas, se
clasificaba por series completas. No sólo había obras puramen­
te literarias, sino también obras especializadas, de modo que
las bibliotecas nos ofrecen una imagen completa del desarrollo
de la cultura mesopotámica. Las tablillas se conservaban en ur­
nas o recipientes de arcilla, que se cerraban con cuidado her­
méticamente y se sellaban luego con un sello cilindrico, o se les
proveía de una etiqueta. En estas bibliotecas se han encontrado
también algunos catálogos, en los que las diversas obras están
clasificadas según las palabras con las que comienzan. Son muy

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