cesárea se practicaba en Mesopotamia. Algunas dolencias
psíquicas eran consideradas como enfermedades (por ejemplo,
la depresión). Entre la correspondencia de Asarhaddón se en
cuentra una carta de cuyo contenido se deduce que para el mé
dico personal de este monarca Una muela cariada era la causa
de los dolores reumáticos del rey.
Interesante resulta también el hecho de que los babilonios
conocieran la existencia de enfermedades contagiosas. Aunque
no podían explicar su naturaleza, se ocuparon de cómo evi
tarlas. Muy pronto descubrieron medidas preventivas, a las que
ni siquiera la medicina moderna puede hacer ninguna obje
ción. Para documentar esto, mencionaremos la solícita carta
que Zimrilim, el soberano de Mari (siglo XVIII a. de C.), envió
a su esposa Shiptu encontrándose éste en una campaña. Repro
ducimos aquí una parte de la carta:
«Me ha sido dicho que una mujer lla
mada Nanname (seguramente alguna
dama de la corte) se encuentra grave
mente enferma. Esta mujer tiene trato
continuo con gentes que viven en pala
cio. Recibe ¡allí a muchas mujeres. Debes
poner ahota la máxima atención para
que nadie utilice su vaso personal, que
nadie se silente en su silla o se tienda
sobre su lecho. Ocúpate también de que
en adelante no reciba a tanta gente en
sus aposentos. Su enfermedad es conta
giosa.»
Fig. 49.
Instrumentai médico
asirio, de bronce.
Largo de las pinzas, 7
cm.; de la aguja, 11
cm. Iraq Museum,
Bagdad
Conocemos agujas y lancetas, tarros
con pomadas y: diverso instrumental mé
dico, por bjaber sido hallados o por toda
una serie de descripciones (véase figu
ra 49). En! el sello cilindrico del médi
co sumerio de Lagash, que ya hemos mencionado, está gra
bada la figura de un dios de la medicina que sostiene en su
mano derecha una píldora; junto a él, en la parte superior, dos
agujas que; servían para coser las heridas, en la parte inferior
tarros con pomadas. De finales del tercer milenio procede un
vaso de Gudea, en el que están representadas dos serpientes
que se enroscan alrededor de una vara (un prototipo pues del
caduceo de Esculapio, utilizado aún hoy día como símbolo en
la Farmacia), el emblema del dios de la medicina Ningizzida.
La fama y el aprecio de la medicina mesopotámica se exten
dieron m utho más allá de las fronteras de este país. Médicos
asirios y babilonios fueron llamados a las cortes de los sobera
nos egipcios e hititas como acreditados especialistas.