ra dinastía de Ur conocemos un himno dedicado a Shulgi, el
segundo de los reyes de esta dinastía. Pone de relieve el origen
divino y los actos heroicos del monarca y menciona también la
construcción de fortificaciones para protegerse de los ataques
de los guteos. El núcleo del poema lo constituye la glorificación
del viaje emprendido por Shulgi desde Nippur a Ur (esto es,
unos 120 km.), que el rey realizó, al parecer, en un solo día de
tempestuosa tormenta.
Los himnos estaban
concebidos para su reci
tación en las fiestas de
palacio o del templo,
con acom pañam iento
musical (véase fig. 50).
En los himnos dedicados
a los dioses se encuentra
la observación «tigi» por
q u e, e v id en tem en te,
eran recitados con acom
pañamiento ;de timbales.
Los himnos dedicados a
los reyes terminan con la Fig. 50. Músicos asirios. De unrelieve de
observación j«zami», que. alabastro de Asurbanipal, en Nínive. Altu-
indica el 1 acompaña- ra del fragmento, 37 cm. Louvre, París
miento con arpa o con
lira. |
Los prólogos de algunas obras legislativas, como, por
ejemplo, el ¿el Código de Lipiteshtar, tenían unafinalídad se
mejante a la! de. los himnos. Hasta hace poco tiempo, el prólo
go mencionado se consideró como un himno dedicado al mo
narca (véase ¡cap. XII). Hammurabi tomó de él las ideas princi
pales para el¡prólogo de su propio código. Un modelo aún más
antiguo puede encontrarse ya en el prólogo de las leyes de Ur-
nammu. Estos componentes de las obras legislativas, que
precedían a los preceptos puramente normativos, pueden ser
considerados como un género literario diferenciado. Tienen
mucha similitud con los himnos y comparten con ellos la forma
poética (por lo que se les ha designado también «hímnico-
épicos») y el carácter solemne.
Oraciones; y conjuros forman parte también de las más anti
guas obras literarias. En ocasiones las oraciones estaban aso
ciadas a himnos dedicados, a determinadas divinidades (por
ejemplo, el himno a la diosa Baba con la oración a Gudea o el
himno al dios An con la oración a Lipiteshtar, etc.). Las ora
ciones adoptaban a veces la forma de carta dirigida a una divi
nidad y se guardaban en el templo. Contenían peticiones de
salud, de larga vida, de protección ante el enemigo, etc. Son
una clara prueba de la gran influencia de las concepciones reli
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