Sociedad Y Cultura En La Antigua Mesopotamia - Klima Josef

(alangleds1) #1

giosas en la vida social y cultural de la época. Más tarde, las ora­
ciones tomaron la forma de conjuros con los que se impetraba a
los dioses para que éstos prestaran su ayuda y protección contra
los malos demonios.


LAS ELEGIAS

Un género muy extendido en la literatura sumeria lo consti­
tuyen las elegías por la destrucción de ciudades y los sufrimien­
tos padecidos por sus habitantes. Una de las mejor conservadas
e igualmente una de las más sobrecogedoras es la «Elegía por la
destrucción de Ur». Comprende más de 400 líneas, divididas
en once largas estrofas irregulares, entre las que se encuentran
antífonas intercaladas. Junto a la profunda tristeza por el cruel
destino de la ciudad de Ur de que está impregnado el poema,
se encuentran ya indicios de desconfianza en la omnipotencia
de los dioses: «En el templo, donde los pensamientos de los
(hombres) de cabezas negras buscan consuelo; én lugar de las
festividades aumentan la ira y el dolor». En este poema se
describe cómo los dioses abandonaron la ciudad de Ur. Ni si­
quiera la diosa Ningal, la protectora de la ciudad, pudo sal­
varla de su completa destrucción. El poema incluye la descrip­
ción pormenorizada de drásticos momentos: los hombres
perecían víctimas del hambre, los ancianos morían en las casas
incendiadas, el río arrastraba a los lactantes; toda la ciudad se
convirtió en u n montón de escombros. Al final del poema se
encuentran tonos concillantes, pues interesaba a la capa domi­
nante de los sacerdotes que la esperanza triunfase sobre la de­
sesperación. En forma igualmente conciliadora termina tam­
bién la elegía escrita con ocasión de la cruel caída de Ibbisin, el
último monarca de la tercera dinastía de Ur. Este poema es
también, en último término, un conmovedor canto sobre el fi­
nal de la independencia política de Sumer. Los fragmentos que
de él se conservan fueron encontrados en la biblioteca del
templo de la ciudad de Nippur. En esta misma biblioteca se
conservaban otras elegías, de las que tenemos conocimiento al
menos por sus títulos: la Elegía por la caída de la ciudad de
Agade ( = Akkad) y la Elegía por la destrucción de la ciudad de
Nippur, de la que se han conservado algunos fragmentos. En
Lagash fue encontrada la Elegía por la destrucción de Lagash,
que probablemente, como ya se dijo anteriormente, se cuenta
entre las más antiguas obras maestras sumerias que han llegado
hasta nosotros. ;
Junto a las elegías mencionadas se compusieron también
otras que eran recitadas con motivo de las festividades del
templo. Una de las más características es la elegía por la desa-
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